Arquitectura
Los expertos advierten de que Les Arts debe quedar sin «trencadís»
Que el Palau de les Arts vuelva a lucir su capa de «trencadís» será bastante complicado, por no decir imposible. Los expertos ya advirtieron de que la técnica utilizada por Santiago Calatrava era muy arriesgada y que nunca se había utilizado en otro edificio. Tras la aparición de los primeros abombamientos alertaron de que habría que levantar toda la capa de azulejos de la bóveda y ahora insisten en que si se repone volverá a ocurrir el mismo desastre.
El vicepresidente de Tecnimed, la asociación que agrupa a arquitectos, ingenieros y consultores valencianos, Miguel Arraiz, explica que incluso colocando un número elevado de juntas de dilatación, de tal manera que el «trencadís» no quedase rígido, sino que fuese acoplándose al movimiento del metal, sería complicado revestir la bóveda. Incide en que carece de «sentido constructivo», sería muy complicado y estéticamente tampoco se parecería al resultado que Calatrava trató de conseguir.
«Los cascos de los barcos no se revisten. Ni al magnate más loco se le ocurre revestir su embarcación de azulejos o cristales». Por tanto, la parte metálica de Les Arts está destinada a quedar recubierta con pintura. Eso sí, propone convocar un concurso internacional de ideas para que se presenten diseños para la misma. «No tiene por qué pintarse de blanco. 'Descalatravicemos' la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Utilicemos ese lienzo».
El conseller de Economía, Máximo Buch, detalló el miércoles el plan de obras para levantar el «trencadís». Dijo que costará tres millones de euros y que se hará en dos fases. La primera permitirá abrir el coliseo al público de tal manera que se pueda celebrar la próxima ópera, prevista para el 23 de febrero.
Fuentes de la Conselleria aseguraron que los trabajos preparativos ya han comenzado. Adelantaron que la constructora Bertolín, a quien se ha adjudicado la primera fase por procedimiento de urgencia deberá emplear a alpinistas.
Por su parte, Arraiz, quien también es gerente de la empresa de ingeniería y arquitectura Bipolaire, advirtió de que será más complicado y costoso retirar las piezas que fue colocarlas. Por entonces el edificio estaba en construcción y tenía las grúas y los andamios necesarios ya instalados. También adelantó que desvestir la bóveda será fácil, lo más complicado será dejarlo en un estado estético óptimo. El metal, tal y como indica el informe del Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico) también está oxidado y habrá que acondicionarlo antes de pintar.
La Generalitat ha asegurado que no asumirá el coste. Si es necesario lo reclamará vía judicial a la constructora, a Calatrava y a la ingeniería que supervisó el proyecto.
Largo proceso en los tribunales
Tampoco lo pagará ni el seguro de Cacsa ni el de la obra, puesto que solo cubre los desperfectos si están producidos por vicios ocultos, es decir, aquellos que no han podido evitarse durante la construcción del mismo. En el caso del «trencadís» no hay certificadas pruebas que acrediten que la técnica empleada es buena, por lo que los seguros no asumirán coste alguno. Así, se prevé que, si no se produce un acuerdo amistoso, el camino en los tribunales será largo.
El inconveniente es que la constructora querrá cobrar el trabajo realizado y puesto que Cacsa es la que suscribe el contrato, será la responsable de pagar.
La Abogacía del Consell prepara las demandas para las partes que intervinieron en la construcción del Palau. La base es el informe de Aidico que confirma que la técnica, el proceso y los materiales usados no fueron las correctas.
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