Valencia

Los hosteleros perderán 60 millones por la reducción de los cheques restaurante

Los cheques restaurante, que no podían sobrepasar el máximo de nueve euros por vale, eran considerados sueldo en especie
Los cheques restaurante, que no podían sobrepasar el máximo de nueve euros por vale, eran considerados sueldo en especielarazon

El pago de parte de la nómina en cheques restaurante ha sido hasta ahora una práctica habitual en España. De hecho, en algunos casos el salario en especie -vales de comida, ayudas a la guardería, seguros de salud, planes de pensiones...- ha supuesto hasta una tercera parte del sueldo de los empleados. La medida favorecía, sobre todo, a la empresa, que obtenía beneficios fiscales al estar exenta de la obligatoriedad de tributar el IRPF por este punto.

No obstante, el pasado 22 de diciembre entró en vigor la obligación de cotizar por este salario en especie, lo que no solo afecta a las compañías, sino a los establecimientos hosteleros. Porque esta nueva imposición hará que muchos patronos eliminen los populares tiques y, por lo tanto, bajará el número de trabajadores que hagan uso de ellos en bares y restaurantes, afectando así a la caja del sector hostelero.

«Nos preocupa, y mucho». El presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), Manuel Espinar, muestra el sentir generalizado de los asociados. No es para menos si las cifras que manejan se tornan realidad. Según sus datos, el sector de la restauración perdería cada año 498 millones de euros -casi 60 en la Comunitat Valenciana-y los «daños colaterales» se cebarían en las plantillas, ya que si la medida del Ministerio de Hacienda se mantiene, peligran 10.059 empleos -casi 1.200 en tierras valencianas-. El único beneficiado será, al parecer, el Departamento de Cristóbal Montoro, que espera obtener cada año unos ingresos adicionales de 900 millones de euros.

Los que peor lo tendrán serán los locales de las áreas industriales y polígonos, así como las zonas con mayor concentración de oficinas y bancos.

«Ya lo estamos notando. Esta medida está en boca de todos desde el 2 de enero». Se trata de una preocupación añadida a un sector que lleva 50 meses «en caída libre» y que no entiende que se frene el consumo cuando se supone que se debe potenciar. «El momento no podía ser más inadecuado. Dicen que 2014 es el año del repunte. No entiendo que se dé más presión fiscal. No es eficaz», lamenta Espinar.

El presidente de la FEHV niega que hayamos salido de la crisis. «Lo que ocurre es que la hemos interiorizado. Nos hemos acostumbrado y ya no tenemos tanto miedo a salir de cena». Sin embargo, pese a que el número de clientes aumentó ligeramente el año pasado respecto al anterior, el gasto por persona bajó. «No se puede perder la ilusión. Hay que gastar algo. Pero lo peor que puede pasar es que no se trate de una tendencia, sino de un cambio permanente. La clase media ha desaparecido para dar paso a la 'low cost', que lo quiere todo, 'bueno, bonito y barato' y así, reventando precios, no hay quien subsista».

No existen alternativas. Los hosteleros ya han pensado en ellas y no encuentran un modo de compensar la reducción de los cheques restaurante. «Cualquier cosa que hagamos, va a cotizar. Es más, Hacienda ya le ha echado el ojo a los cupones descuentos que se venden por internet». El sector se espera, aún, lo peor.