Marzà seguirá en su lucha contra las universidades privadas y el distrito único

El conseller de Educación reitera su intención de recurrir todas las sentencias desfavorables

El conseller de Educación, Vicent Marzà no tiene intención de modificar ni un ápice su apuesta por apartar a las universidades privadas, la Católica y el CEU- Cardenal Herrera, de la posibilidad de que sus alumnos puedan recibir becas públicas o realizar prácticas en los hospitales de la red sanitaria de la Generalitat. Así lo dejó claro ayer tras entrevistarse con el presidente del Consell, Ximo Puig, para establecer los criterios básicos de lo que será la nueva Ley de Educación Valenciana.

Marzà, que manifestó respetar los procedimientos judiciales, afirmó que desde su Conselleria se recurrirán todas las sentencias que no le sean favorables. De esta forma conseguirá dilatar en el tiempo el cumplimiento de las sentencias contrarias a su política educativa. En ningún momento manifestó su intención de seguir dialogando con las instituciones universitarias, a pesar de que tanto desde la Universidad Católica, como desde el CEU se han mostrado partidarios de llegar a acuerdos «en beneficio» de los alumnos.

En sus declaraciones, el conseller de Compromís, que en ningún momento nombró a las instituciones con las que mantiene el conflicto, solo hizo referencia a la necesidad de garantizar la calidad de los buenos profesionales, que «pasa por ofrecer unas prácticas de calidad» que en este momento la Generalitat ha vetado a los alumnos de los centros privados.

Tampoco ha modificado el planteamiento de la Conselleria que ha eliminado el distrito único de admisión en centros públicos y privados, mediante el cual se podía elegir el colegio sin tener en cuenta el domicilio del alumno, a pesar del recurso interpuesto por la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Valencia. Marzà justificó su decisión por el «arraigo» del alumno en su entorno y aseguró que «seguirá» adelante con su programa.

En su entrevista con el presidente, Puig, el conseller de Educación, planteó que «el problema más importante» del sistema educativo valenciano es el aprendizaje del inglés y, por ello, defendió la elaboración de una nueva ley para abordar la forma de implantarlo en los diferentes ámbitos educativos. A pesar de la falta de diálogo del que le acusan desde el sector, Marzà pretende que sea «lo más consensuada posible».