Infraestructuras
Trasvases sí... si no hay otra solución
El Consell defiende el Tajo- Segura, pero insiste en que su política hídrica se basa en depurar y desalar
Mientras los regantes valencianos siguen defendiendo que los trasvases de agua son la solución sobre la que debe pivotar la política hídrica, la Generalitat apuesta por opciones mixtas en las que solo se contemplan los proyectos de transferencia ya existentes y se apuesta claramente por sacar el máximo rendimiento de las plantas desalinizadoras.
Para salvaguardar los trasvases en funcionamiento, al Consell no le ha quedado más remedio que salir a defender el Tajo-Segura de los ataques del Gobierno socialista de Castilla La Mancha. La Generalitat se personará cada vez que la Junta manchega recurra la aprobación de una transferencia hídrica del Tajo al Segura, algo que se produce siempre que el Consejo de Ministros autoriza un trasvase entre ambas cuencas.
Tomar parte en estos procesos legales supone rebajar la importancia de dos principios básicos defendidos por el Consell de Puig. Uno, «hay que evitar la confrontación entre territorios por el asunto del agua» y dos, las líneas maestras de la política hídrica son la depuración y la desalación.
El cambio de posición ha sido complicado, dado que hasta ahora el Consell únicamente arremetía contra el Gobierno central y evitaba cualquier crítica hacia el Ejecutivo del socialista manchego Emiliano García- Page.
La muestra, el compromiso adquirido por Cebrián el pasado mes de febrero tras reunirse con los dirigentes del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo- Segura. Reivindicó este trasvase «trasladando al Ministerio de Medio Ambiente que el memorándum del Tajo está vigente y que hay que respetarlo». La alusión a los manchegos, que son los que solicitan anular esta transferencia, se quedó en el aire.
Tampoco abordó este asunto durante el encuentro que mantuvo con su homólogo de la Junta de Castilla- La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, a principios del mes de febrero. En la nota oficial se remarcó la necesidad de aumentar el diálogo entre ambas regiones y la solicitud al nuevo Gobierno central de «una política hídrica basada en el consenso, de carácter técnico y racional».
Tras la reunión, invitó a Martínez Arroyo a un paseo en barca «para mostrar la Albufera y su zona de influencia, así como la necesidad de aportes hídricos como elemento básico para su mantenimiento y recuperación». No hubo referencia a los reiterados recursos que ya entonces había impuesto Castilla- La Mancha.
Cebrián ha dejado clara cuál es su postura. Defiende que los trasvases no dan garantías al suministro, ni siquiera el del Tajo. En diferentes ocasiones ha defendido que desde la construcción de esta conducción se han trasvasado una media de 300 hectómetros cúbicos al año, cuando estaban previstos cerca de 700. A la provincia de Alicante llegan alrededor de 100 hectómetros cúbicos de los que tres cuartas partes van al regadío y el resto para agua de boca.
Por el contrario, insisten en que la desalinizadora de Torrevieja tiene capacidad para tratar 120 hectómetros cúbicos. A día de hoy, esta planta desala 30 hectómetros cúbicos al año, por lo que la Generalitat ha reclamado al Ministerio de Agricultura que aumente la producción de la misma y superar así la cantidad de agua que llega del trasvase.
Paralelamente, Cebrián se comprometió recientemente a duplicar la cantidad actual de agua reutilizada. Las depuradoras de la Comunitat tratan 431 hectómetros cúbicos, pero el 41 por ciento acabó en el mar. Agricultura afirma que hará «todo lo posible» para aumentar su uso porque antes que trasvases... mejor buscar otra opción.
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