Valencia, «ciudad de imposiciones»

«Qué religión profesar, qué lengua hablar, qué tradiciones seguir, qué educación escoger para sus hijos»... el Ayuntamiento de Valencia «se atreve incluso a decirle a la Policía que no cumpla la ley». La retalía de críticas hacia el Gobierno de Joan Ribó vino ayer de parte del presidente del Partido Popular de la provincia de Valencia, Vicente Betoret, quien cree que, con el tripartito al mando, la capital ha pasado de ser «a ciudad de las libertades», a ser «la de las imposiciones».

Betoret consideró «un ejemplo de irresponsabilidad política» la moción que el Gobierno local presentará en el pleno de hoy en la que se insinúa que los agentes de la Policía Local actúan bajo un «sesgo racista» a la hora de identificar a sospechosos.

Ribó por su parte, no quiso pronunciarse ayer sobre el asunto para no quitarle protagonismo, dijo, al quinto Pacto Local por el Empleo que firmaba con patronales y sindicatos.

La que sí habló fue la concejala de Seguridad, Sandra Gómez, para precisar que «bajo ningún concepto» el Ayuntamiento ha querido insinuar que la Policía Local de Valencia, «o la Nacional en algún caso», estén trabajando «de forma generalizada con ese sesgo o con esas órdenes».

Por su parte, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, coincidió con Gómez al asegurar que en la identificación de inmigrantes por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no hay ningún «sesgo racista» y la causa que provoca esa petición es «exclusivamente en materia de seguridad».

«Estamos hablando de seguridad ciudadana y en ese sentido la ley es clara. Cuando un agente de la Policía, sea local, autonómica, nacional o Guardia Civil entienda que en materia de seguridad tiene que pedir la identificación de una persona, tiene la facultad y la potestad de hacerlo y lo debe hacer».