Iñaki Zaragüeta
Vivir para ver
Imagino al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reprochándose a sí mismo «el ridículo que me toca hacer por obra y gracia de la solidaridad partidista y por un metepatas» en referencia a sus declaraciones para defender la utilización de un avión Falcon por parte de su homólogo Pedro Sánchez para asistir al Festival Internacional de Benicàssim.
Como es fácil recordar, Puig tuvo que acudir a un tópico un tanto disparatado para justificar lo injustificable «es de agradecer el apoyo y participación del presidente del Gobierno a un festival que es un emblema para la Comunitat y la lanza a nivel internacional». ¡Toma ya!. Como si los miles de personas decidieran venir porque acudió Sánchez.
Eso sí, Puig tiene el consuelo de la ridícula aportación de la vicepresidenta Carmen Calvo, que fue más allá en el esperpento hasta declarar que la visita pertenecía a la agenda cultural del presidente. ¡Lo que dirían si lo hubiera hecho Rajoy!.
Y me resisto a comentar algún otro detalle que rodeó al suceso. ¡Vivir para ver!. Así es la vida.
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