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23 de abril: una tumba para Cervantes

Los restos del autor de «El Quijote» saldrán de la cripta y se colocarán en la Iglesia de Las Trinitarias para facilitar las visitas
Los restos del autor de «El Quijote» saldrán de la cripta y se colocarán en la Iglesia de Las Trinitarias para facilitar las visitaslarazon

El Ayuntamiento de Madrid, la Real Academia de la Lengua y el Arzobispado de Madrid ya han mantenido las primeras conversaciones para decidir el futuro de los restos de Miguel de Cervantes. El objetivo común, como avanzó ayer la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, es dar una sepultura «como se merece» al padre de «El Quijote»; un homenaje que, según ha podido saber este periódico, pasa porque sus restos sean elevados de la cripta del Convento de las Trinitarias Descalzas donde fueron encontrados –a 1,35 metros de profundidad– a la iglesia.

Tanto las monjas de clausura que habitan el convento como el Arzobispado están de acuerdo en dar un espacio «más digno y accesible» al que probablemente sea el más grande escritor español de todos los tiempos. En un primer momento se consideró la posibilidad de colocar el sepulcro del escritor en la misma cripta y abrir un acceso directo desde la calle hasta el interior para facilitar el flujo de visitantes que sin duda generará el hallazgo. Sin embargo, las propias monjas Trinitarias alertaron de lo empinado de las escaleras y ofrecieron el templo para rendir homenaje al autor que escogió su orden para ser enterrado en agradecimiento a la recaudación que los padres trinitarios realizaron en 1580 para su liberación de una prisión de Argel, en la que pasó cinco años junto a su hermano.

No obstante, el Ayuntamiento y el Arzobispado no quieren que la cripta vuelva a caer en el olvido. Se espera que este espacio, de unos 70 metros cuadrados, albergue un museo en el que se exhibirán todos los objetos encontrados en las prospecciones y que recogerá las imágenes y detalles de la búsqueda de Cervantes, un trabajo que comenzó hace un año liderado por el forense Francisco Etxeberría, en el que han trabajado más de 30 personas y que ha sido financiado por el Ayuntamiento de Madrid con 114.000 euros. La intención de crear un acceso desde la calle Huertas se mantiene, pero para llevarlo a cabo se necesita la autorización expresa del Arzobispado y de la Dirección General de Patrimonio Histórico de Madrid, ya que supondría una alteración en la fachada de la iglesia del siglo XVII, declarada Bien de Interés Cultural.

Aunque aún no se ha decidido qué tipo de ornamento se utilizará para el sepulcro del escritor, una urna, una tumba o incluso una escultura o busto, sí que parece seguro que la placa que recogerá la existencia de los restos de Cervantes también nombrará a los otros 16 cuerpos, incluida su esposa, Catalina Salazar, con los que fue enterrado el escritor, de los que ha sido imposible individualizar al autor de «El Quijote» y entre los que se conoce el nombre de 15.

El otro objetivo es lograr que la nueva tumba de Cervantes esté lista para el 23 de abril; una fecha más que simbólica para el universo cervantino. El Día Internacional del Libro es precisamente la misma en la que se dio sepultura a Miguel Cervantes y murió William Shakespeare, en 1616. El día de la cultura por excelencia, en el que se entrega el Premio Cervantes –máximo galardón de las letras españolas e hispanoamericanas– y en el que durante 48 horas se realiza una lectura continuada de «El Quijote», que este año celebrará su décimo novena edición, la parada o incluso la inauguración de la sepultura de su máximo exponente sería la mejor manera de poner el broche de oro a un hallazgo que comenzó en abril del pasado año con las prospecciones con georradar en el interior del convento del Barrio de Las Letras.