Angel del Río
A golpe de rectificación
Cuando alguna de las ocurrencias de Manuela Carmena se convierte en nefasta realidad, el concejal de ramo, el asesor de turno, que los hay, y en cantidad, el funcionario técnico municipal, que tiene contrastado su buen hacer en la función pública, deberían ponerse a analizar y evaluar los pros y los contras de la ocurrencia en cuestión, sobre todo para que los ciudadanos tengan conocimiento pleno del contenido, alternativas, consecuencias y posibilidad de rectificación, si se diera el caso. Pero, generalmente, esto no ocurre, quizá porque cuando salta la ocurrencia, no hay certeza de que finalmente se lleve a cabo, y sería perder el tiempo estudiando el contenido y consecuencias del concurso infantil de recoge colillas, las cooperativas de madres para limpiar los colegios de sus hijos, o que los universitarios barran las calles, por poner solo tres ejemplos. Lo estamos viendo ahora en el asunto peliagudo, grotesco y sin sentido de Madrid Central. Temas como éste, de gran trascendencia e impacto para la mayoría de los ciudadanos, evidencian una falta de análisis en profundidad, de evaluación de las consecuencias, alternativas y sugerencias externas. Ahora Madrid, tan dado a realizar consultas populares sobre cuestiones de menor importancia, no lo ha hecho con Madrid Central, cuando podía haber abierto un periodo de información pública para presentar alegaciones o sugerencias; que se diera la oportunidad de opinar a expertos en la materia. Pero no, si siquiera, como suele ser habitual, hemos sido consultados los Cronistas Oficiales de la Villa, que desde nuestro conocimiento, podríamos haber aportado alguna idea. Ni siquiera ha habido un informe sobre el impacto económico, que sin duda va a tener esta medida. Y así, las cosas empiezan a improvisarse y con algunas correcciones, como que los padres puedan entrar en coche a la zona cero, para dejar y recoger a sus hijos del colegio. Bastará con una autorización expresa del centro escolar. Parece de sentido común que así sea, porque el recorrido a pie, con los rigores del invierno, podría meter el frío en los huesos de los más pequeños y llegar calados por las lluvias. Es lamentable que hayan tenido que ser los propios padres los promotores de esta reflexión, porque nadie en el Ayuntamiento había caído en esta circunstancia. Aunque sea como consecuencia de rectificaciones improvisadas, deberían estudiarse otras incongruencias de la operación Madrid Central.
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