Sucesos
Alunizaje frustrado en el Chanel de la Milla de Oro
Los delincuentes huyeron tras empotrar un BMW robado en el escaparate sin llegar a entrar en el establecimiento de Ortega y Gasset.
Los delincuentes huyeron tras empotrar un BMW robado en el escaparate sin llegar a entrar en el establecimiento de Ortega y Gasset.
Durante un tiempo, en los primeros años del 2000, se puso de moda el alunizaje, técnica delictiva del robo con violencia sobre establecimientos con «copyright» de delincuentes madrileños. Eran los años de oro de las míticas bandas de «aluniceros», que crearon esta particular forma de robar, y rara era la semana en que una lujosa boutique de la Milla de Oro no aparecía con el escaparate reventado. Tanto fue así que se creó un grupo policial específico en la Jefatura de la Policía Nacional de Madrid para seguirles el rastro y desde el Ayuntamiento de la capital se optó por proteger a estos ricos comerciantes con mobiliario urbano de gran calado en las aceras como maceteros gigantes de hormigón para dificultar así que un alunicero llegara a toda velocidad con un coche de gran cilindrada y robado y lo estampara contra la entrada. Los afectados también tuvieron que renovar sus sistemas de seguridad y reforzar los sistemas de cierre y alarmas. Todas estas medidas disuasorias, unidas a los golpes policiales contra las bandas y la decadencia de muchas de éstas por otro tipo de razones, desembocaron en el goteo, casi aislado, de los alunizajes en la Milla de Oro de la capital aunque, de vez en cuando, sigan ocurriendo. Ayer fue uno de esos días y la escogida fue la tienda de Chanel, situada en el número 16 de la calle Ortega y Gasset, en pleno barrio de Salamanca. El asalto ocurrió a eso de las 4:30 horas de la madrugada a bordo de un BMW que figuraba como sustraído, aunque finalmente no consiguieron acceder al establecimiento. Así, huyeron del lugar dejando el vehículo empotrado en uno de los escaparates. Al parecer se trata de cuatro varones con los rostros tapados para no ser captados por las cámaras de videovigilancia de al zona. Aunque lograron quebrar parte del cristal blindado de uno de los escaparates, los asaltantes no consiguieron acceder y, al saltar las alarmas del local, abandonaron el lugar en otro vehículo, cuyo conductor ya estaba preparado.
Lo poco discreto de esta modalidad delictiva es otro de los motivos por los que muchos han dejado de practicarla. Saben que apenas tienen unos minutos desde que cualquier vecino marque el 091 ante tal estruendo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar