Comunidad de Madrid

Atropello mortal y huida en la «UniversiParty»

Un joven de 20 años falleció ayer arrollado en la carretera que pasa frente a la discoteca, situada en un polígono en Humanes y en la que se celebraba una fiesta para estudiantes. La Guardia Civil detuvo ayer al presunto autor, un español de 30 años, que confesó haber «atropellado algo». Le acusa de omisión del deber de socorro

Imagen del exterior de la discoteca, situada en Humanes.
Imagen del exterior de la discoteca, situada en Humanes.larazon

Un joven de 20 años falleció ayer arrollado en la carretera que pasa frente a la discoteca, situada en un polígono en Humanes y en la que se celebraba una fiesta para estudiantes.

Eran las 2:35 horas de la madrugada de ayer cuando el teléfono de Emergencias 112 recibió una inusual llamada. Al otro lado de la línea un trabajador del servicio de mantenimiento de carreteras aseguraba haber hallado el cuerpo de un chico tendido en la calzada de la M-407, la carretera que une Leganés con Griñón, que pasa por delante de Fuenlabrada y más concretamente de la discoteca con más aforo de todo Madrid: Fabrik.

La vía tiene dos carriles por sentido, está vallada, tiene arcén y quitamiedos. No es fácil acceder a ella, sin embargo, de alguna manera el joven, de tan sólo 20 años, habría llegado hasta la calzada donde fue arrollado en torno a las doce y media de la noche a la altura del kilómetro 12 de la citada vía, a sólo tres kilómetros de la controvertida discoteca en la que esa noche se celebraba la «UniversiParty» de Carnaval. Una dotación del Summa se trasladó hasta el lugar y sólo pudo confirmar el fallecimiento después de encontrarse el cuerpo politraumatizado y sin posibilidad alguna de reanimación.

La Guardia Civil se hizo ayer con la investigación del caso. Aunque al cierre de esta edición no habían aparecido testigos del suceso y la Guardia Civil aún estaba pendiente de localizar a la familia del joven fallecido, así como de que se practicase la autopsia con la esperanza de que arroje algún detalle sobre las circunstancias en las que se produjo la muerte del chico, los agentes no tenían duda ayer de que se trataba de un atropello.

Las dudas sobre la autoría del atropello se despejaron ayer cuando otro joven, español, de 30 años, llamó a la Guardia Civil para confesar que había atropellado «algo» en la misma vía en la que se había encontrado el cuerpo. El joven fue detenido por omisión del deber de socorro. La investigación aún tiene que esclarecer en qué circunstancias se produjo el atropello.

A sólo tres kilómetros del suceso cientos de jóvenes ya estaban frente a las puertas de Fabrik. En el parking de esta discoteca, famosa por albergar festivales de música techno hasta el amanecer, se amontonaban centenares de jóvenes haciendo «botellón». La hora de entrada a la sala se suele retrasar hasta la una o dos de la mañana. Hasta entonces es en el aparcamiento donde está la fiesta. Fabrik se encuentra en un polígono industrial de la localidad de Humanes, muy cerca de Fuenlabrada. Su lejanía de todo núcleo urbano permite a sus asistentes abrir las puertas de los maleteros de los coches, colocar las botellas en el suelo y elevar la música a todo el volumen que permiten sus equipos de música hasta el amanecer. Hay quien incluso no llega a entrar en toda la noche o el día (según sea la fiesta) dentro de la sala. De hecho, para esta fiesta, la «UniversiParty» de Carnaval, la organización ofertaba «parking gratis. Sin tener entrada» a los vehículos que llegaran entre las 21:00 y las 23:00 horas.

En el momento del suceso, la fiesta aún estaba en el parking. Dentro se preparaba la sesión que la sala dedica cada cierto tiempo al público universitario –la UniversiParty– y que se repite en varias ocasiones durante el año, como en Halloween. Aunque Fabrik es conocida por sus sesiones de música techno o house, en las que pinchan los DJ con más nombre, la de ayer era una fiesta con música «comercial» (reggaeton, salsa, pop, funky o dance) con actuación del artista invitado DaSoul. Los 1.000 primeros en llegar disfrazados pudieron entrar gratis, posteriormente hubo concurso de disfraces y de striptease amateur masculino y femenino. Para más reclamo, los organizadores pusieron un servicio de autobuses a partir de las 23:30 horas que salieron desde Plaza de España y Fuenlabrada. Hay que tener en cuenta que no es fácil que el público universitario disponga de vehículos para desplazarse hasta Humanes, a 30 kilómetros de la capital.

El aforo, no obstante, nunca ha sido un problema para Fabrik. Pese a lo apartado de sus instalaciones, la discoteca es un referente para los amantes de las macrosalas y la música techno y house. Es la sala con más capacidad de toda la Comunidad de Madrid, algo más de 3.200 personas, y en varias ocasiones ha rebasado el aforo hasta ser sancionada o tener que anular fiestas debido a una descontrolada venta de entradas. Con el fantasma del Madrid Arena aún muy presente en la noche madrileña, Fabrik suspendió la macrofiesta de Fin de Año de 2012, sólo unos meses después del suceso en el que perdieron la vida cinco jóvenes. La sala lo hizo después de una inspección en la que la Policía le clausuró la terraza por falta de licencia de funcionamiento y después de «sospechar» que se habían vendido hasta 3.000 entradas falsas de la fiesta con la que se iba a despedir el año.

«Templo» del techno, las drogas

La de ayer no fue, ni mucho menos, la primera vez que la Guardia Civil se traslada a la macrodiscoteca Fabrik y a sus alrededores por algún suceso. Esta sala, que pertenece al Grupo Kapital, tiene el honroso honor de ser la discoteca en la que pinchan los «reyes» de la música techno. Pero al mismo tiempo tiene también la deshonrosa fama de atraer a un público consumidor de alcohol y drogas de ultimísima generación. Hasta diez jóvenes tuvieron que ser trasladados hasta el Hospital de Fuenlabrada hace dos años intoxicados por comas etílicos o por consumir éxtasis líquido. Una sustancia incolora, con cierto sabor salado, que se vende en pequeños botecitos y que provoca relajación y desinhibición a quién la consume en pequeñas dosis, pero que si se excede la cantidad o se mezcla con alcohol u otras drogas potencia los efectos de éstas hasta hacer perder el conocimiento a sus consumidores.