Conflictos laborales

Barricada sindical ante la alerta sanitaria en Alcorcón

Los piquetes impidieron que se completaran las labores de limpieza decretadas por el Ayuntamiento ante el riesgo para la salud provocado por la huelga de basuras

Barricada sindical ante la alerta sanitaria en Alcorcón
Barricada sindical ante la alerta sanitaria en Alcorcónlarazon

Tras diez días de huelga, las calles de Alcorcón almacenaban ayer 800 toneladas de basura. Un escenario al que se sumaron el boicot de los piquetes a la salida de los servicios mínimos y, por primera vez desde que comenzaron los paros, la alerta sanitaria certificada por los inspectores municipales. Esta situación llevó ayer al alcalde, David Pérez, a ordenar a la empresa Tragsa la limpieza de la ciudad. «No voy a tolerar el abuso que están sufriendo los vecinos por parte los convocantes de una huelga a los que parece no importarles lo más mínimo estar poniendo en peligro incluso la salud de los vecinos», subrayó el alcalde.

El inicio de los trabajos de los cinco equipos de Tragsa poco después de las 16:30 provocó la indignación de los sindicatos convocantes de la huelga. CC OO, CSI-F y CGT llegaron ayer incluso a amenazar al consistorio con iniciar acciones legales contra lo que, según ellos, es un atropello a su derecho a la huelga. Comisiones Obreras no dudó, incluso, en lanzar una velada amenaza: «Para nosotros, la actuación del equipo de Gobierno de Alcorcón supone una provocación que, aunque el sindicato no lo desea, podría tener como consecuencia el enconamiento del conflicto». «Nos mandan a los antidisturbios. Aquí no hay democracia ni nada. Sólo falta que venga el Ejército. Nos está provocando, esperando que suceda una locura o una barbaridad», subraya el portavoz de CSI-CSIF en Esmasa, César Sánchez. Lo que los sindicatos defienden es que el consistorio, con su decisión de ordenar la recogida de basuras a través de Tragsa, está violando el convenio colectivo de la empresa.

David Pérez, por su parte, justifica su decisión en el elevado riesgo sanitario al que ya ayer se enfrentaba la ciudad. Así lo certifican los dos informes que el equipo de Gobierno presentó al Pleno. Destacan estos documentos cómo «la acumulación de basuras que va en aumento con los días, está produciendo el hedor característico de la descomposición de la materia orgánica, acelerando la presencia de plagas y proliferación de microorganismos patógenos ayudado por la lluvia». Los peligros de ello, según los técnicos, son la contaminación del suelo y del ambiente, además de un «alto riesgo para la salud de la población, sobre todo de las personas más vulnerables como enfermos, niños y personas con patologías respiratorias». Ambos informes insistían igualmente en la necesidad de que se iniciaran las tareas de recogida de basura, con la recomendación de que el consistorio priorizarán zonas «sensibles» como el entorno de centros de salud, hospitales, colegios, escuelas infantiles residencias o mercados.

El chantaje planteado por los sindicatos al Ayuntamiento es similar al vivido ya en esta ciudad en enero y febrero de 2012 durante la huelga convocada por los representantes sindicales de los trabajadores encargados de la limpieza en los colegios. En aquel año, el alcalde ordenó la limpieza de los colegios tras más de una semana de huelga al considerar inviable que los sindicatos tomaran «a los niños como rehenes de una huelga desproporcionada, que estaba creando focos de insalubridad». Los sindicatos, también entonces, llevaron al consistorio a los tribunales. En octubre de 2013, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid quitaba la razón a los sindicatos al considerar que entre el derecho a la huelga y el derecho a la salud debía prevalecer este último.

Más allá de la polémica entre sindicatos y Ayuntamiento, los cinco equipos de Tragsa iniciaron las tareas de recogida por las islas ecológicas del centro de la ciudad. Su recorrido por las calles de Alcorcón no estuvo exento de momentos de tensión, especialmente cuando los piquetes de Esmasa increparon a los efectivos de Tragsa. A media tarde, por ejemplo, el entorno de la calle Fuenlabrada vivió un conato de enfrentamiento cuando los huelguistas arrojaron bolsas de basura a la calle y piedras contra los camiones de recogida entre insultos. Los agentes de Policía que escoltaban a este equipo optaron por que estos efectivos se desplazaran a otra calle del centro. La escena se repitió en varias ocasiones sin registrarse, en ningún caso, mayores incidentes. Finalmente, y ante la posibilidad de creciera la tensión, los equipos de Tragsa optaron por retirarse alrededor de las ocho de la tarde, una hora y media antes de lo previsto.