Patrimonio
Calle de Muelle, Madrid.
Para el mundo del grafiti su mítica firma fue obra pionera
Juan Carlos Argüello Garzo murió antes de los treinta años después de pasar parte de su vida pulverizando aerosoles de colores.
Fue Juan Carlos Argüello Garzo un madrileño que murió antes de los treinta años después de pasar parte de su vida pulverizando aerosoles de colores para pintar en las calles un diseño de muchos conocido y con el que el Ayuntamiento de la capital nombrará una calle en su barrio natal de Campamento: "Muelle".
"Muelle"era casi omnipresente; un viaje en el metro, allí estaba la pintada sobre unos carteles publicitarios; un paseo por el centro de Madrid, en cualquier esquina aparecía un "Muelle", o un viaje en tren por la periferia: al paso del convoy la vista se encontraba de pronto con la firma en un muro.
Argüello dibujaba unos pocos trazos continuos: Uno para escribir la palabra 'muelle', otro para pintar debajo una espiral hacia derecha que terminaba en punta de flecha y otro para una R encerrada en un círculo, porque Argüello registró su firma en la Oficina Española de Patentes y Marcas.
Y a lo largo de varios años se recreó en su obra única decorándola con caligrafías múltiples, perfiles, sombras, fondos, mezclas de colores y brillos o simulaciones de reflejos.
Eso que para el mundo del grafiti fue obra pionera, que dio lugar a entrevistas para la televisión y encargos para galerías de arte, para otros era una gamberrada que mereció críticas y más de una multa. Y para ordenar borrar las firmas estaba la Policía de Madrid, los "detergentes municipales", como los llamaba Argüello.
"Muelle", que había nacido el 23 de septiembre de 1965, murió el 1 de julio de 1995 víctima de un cáncer y ya no hubo más de sus pintadas por la capital. Algunas quedan, como la que luce en un muro de la calle Montera, por cuya buena conservación y declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) trabaja un nutrido grupo de personas desde hace muchos años.
En 2010 una restauradora y un historiador, Elena García Gayo y Fernando Figueroa crearon la plataforma Amigos de Muelle con la que han estado trabajando en defensa del legado del artista callejero, especialmente la firma de Montera.
Al hilo de esta iniciativa, el Partido Socialista llevó al Pleno del Distrito de Latina una proposición que fue aprobada el 11 de febrero pasado con el apoyo de Ahora Madrid: que un espacio callejero de la capital lleve el nombre de Argüello y la firma "Muelle". Lo más probable es que sea un lugar que nunca ha tenido nombre cerca de la calle Carazo, de Campamento, donde nació Juan Carlos.
La concejal socialista Mar Espinar ha dicho a Efe que Argüello "fue un pionero en un momento en el que el Madrid de la 'movida' fue referente internacional", y ha recordado que 'Muelle' era un personaje "comprometido con su arte, con la ciudad, que pintaba sólo en sitios abandonados, en muros que no fuesen fachadas o propiedades privadas, o en los carteles de publicidad del Metro".
Para la concejal de Ahora Madrid Esther Gómez el homenaje del callejero a Argüello "era una deuda con él del distrito de Latina y de la ciudad"en general como vecino que fue, "impulsor del grafiti como nueva forma de expresión de arte urbano; una reivindicación del espacio público como parte de expresión de la gente".
Fernando Figueroa también defiende la obra de Argüello como "testimonio de lo que supuso en la memoria colectiva y en la 'Movida' de los años ochenta esta expresión de la cultura popular".
"Un trabajo -dice Figueroa de 'Muelle'- nada politizado, lleno de hedonismo, vitalidad y espíritu rockero".
Y en casa de los Argüello Garzo, Fernando -hermano de Juan Carlos- dice que hay "orgullo"familiar por este "reconocimiento"de 'Muelle' como artista y también muchas ganas de que se consiga mantener protegida para siempre la firma de la calle Montera.
Como explican el PSOE y Ahora Madrid, en el Ayuntamiento de la capital hay voluntad de conservar esta firma pero antes habrá que resolver un litigio con la propiedad dueña del muro que Juan Carlos Argüello marcó algún día con su marchamo inconfundible.
Una historia que comenzó algún día entre 1979 y 1980, cuando Juan Carlos decidió -cuenta el hermano- convertir en su marca el mote que sus amigos le pusieron tras ver una bicicleta de su propia creación a la que le adaptó un enorme muelle amortiguador.
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