Infraestructuras
Carmena vetará al coche en Centro en enero de 2018
Sólo Gran Vía estará abierta al tráfico. Los automovilistas auguran el «colapso» de la zona.
Sólo Gran Vía estará abierta al tráfico. Los automovilistas auguran el «colapso» de la zona.
Después de un lustro de espera, los vecinos de Centro tardarán al menos otro año más en ver convertida en realidad el Área de Prioridad Residencial (APR) para todo el distrito. El anuncio de este nuevo retraso lo realizó ayer el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo: «Queremos que pueda empezar en enero de 2018». El calendario que maneja el Ejecutivo de Ahora Madrid es «tenerlo todo preparado en diciembre de 2017 con la voluntad absoluta de cumplirlo». El compromiso inicial del Ayuntamiento pasaba por poner en marcha esta APR única a principios de 2017. «Nos parece que es el proyecto de futuro», señaló Calvo en la entrevista respecto a un modelo, el de la restricción al tráfico rodado en el centro de la ciudad, que implantaron los gobiernos municipales del PP.
El proyecto –pilotado por las áreas de Urbanismo y Movilidad– todavía está «en discusión», aclaró la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre. Falta por concretar el área exacta que integrará esta zona de bajas emisiones y, especialmente, si serán una o dos áreas, separadas, en este último caso, por la Gran Vía. De esta forma, al norte de esta arteria quedarían agrupadas las áreas de prioridad residencial de Universidad y Justicia, actualmente en estudio; mientras que al sur de la Gran Vía quedarían englobadas en un mismo perímetro las áreas de Embajadores, Cortes, Ópera y Letras, además de los barrios de Sol y Palacio.
Desde el Gobierno municipal son conscientes de que las actuales APR sufren problemas de gestión, derivados del gran número de excepciones en el acceso, que serían más fácilmente subsanables con la implantación de esta área única. «Tendrán un perímetro continuo y estructurante, probablemente coincidente con las rondas y los bulevares, englobando las APR existentes y haciendo que los límites sean fácilmente reconocibles por todos los ciudadanos de modo que de una forma más intuitiva y espontánea se puedan respetar los límites de ese APR y sea más sencillo», señaló Paz Valiente, directora general de Sostenibilidad y Control Ambiental en la comisión del mes de septiembre.
La iniciativa, enmarcada dentro del Plan de Calidad del Aire, llegará muy tarde para los vecinos del distrito. «Este nuevo retraso no justificado creemos que es debido a la presión de los comerciantes, en su mayoría hosteleros, retrasando la entrada en vigor. Ya en agosto de 2015 se recortó la zona de todo el barrio de Palacio a sólo la zona de Opera, dejando fuera a zona de las Cavas (La Latina) y Sol», destacan desde la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Centro, la FRAVM y Ecologistas en Acción. También insisten en que los problemas «de contaminación acústica y atmosférica que se producen en el distrito deben corregirse ya». Las asociaciones de vecinos reclaman que todas las plazas de rotación y larga duración se conviertan en plazas para residentes y ponen como ejemplo de que las restricciones no perjudican al comercio lo sucedido en el barrio de Las Letras y muy singularmente en la calle Huertas.
En el otro extremo se encuentran los que critican al consistorio por seguir adelante con esta medida. Mario Arnaldo, director de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), carga contra la implantración de esta APR en todo Centro. Arnaldo apuesta por la autorregulación y no por restricciones que, según su criterio, podrían «colapsar el centro» así como las zonas adyacentes, que sufrirían el conocido como «efecto frontera». «El Ayuntamiento debería explicar el coste de esta medida, por ejemplo, en las indemnizaciones que puedan reclamar las empresas concesionarias de los aparcamientos de la zona», según Arnaldo, además de los «efectos y resultados» que tiene en lo que respecta a las sanciones por no respetar los límites de las APR. Y destaca un dato: en los siete primeros meses de 2016, el Ayuntamiento «impuso un total de 290.685 sanciones que suman más de 26 millones de euros».
¿Un globo sonda?
Desde la oposición, fuentes del Partido Popular evitaron ayer pronunciarse a la espera de que el Gobierno de Ahora Madrid concrete los detalles: «Nos falta información». Este grupo municipal defiende el modelo de las APR –fueron alcaldes populares los que las pusieron en marcha– , aunque insisten en la necesidad de ofrecer alternativas de transporte. Desde Ciudadanos, critican la gestión que Ahora Madrid ha hecho de las APR. El concejal Sergio Brabezo denunció en la comisión de Medio Ambiente y Movilidad de septiembre que el Ayuntamiento continúe «mirando hacia otro lado» en lo que afecta a los vecinos de las actuales áreas de prioridad que continúan siendo multados. «Hasta julio, 290.000 multas en todas las APR; son sus datos. Entonces, ¿no pueden pensar en algún momento que se les ha ido de las manos este tema?», se preguntó el edil de la formación naranja. El grupo socialista siempre ha defendido la implantación de la APR en todo el distrito Centro.
A falta de que el proyecto se concrete una vez termine su discusión, el perímetro de la APR única podrían conformarlo las calles de Conde Duque, Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova, Paseo de Recoletos, Paseo del Prado, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Ronda de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén y Plaza de España. Un esquema en el que la Gran Vía partiría ambas zonas. Esta calle jugaría el papel de frontera aunque el Gobierno de Ahora Madrid siempre se ha mostrado favorable a reducir el tráfico en su interior. La ampliación de sus aceras es una de las propuestas que se baraja para conseguirlo.
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