Carmona, el roto de un PSOE descosido

Unos lo han visto como la venganza de Rubalcaba (que con este gesto consigue salvar el honor de su íntimo Jaime Lissavetzky); otros, como el golpe de mando que debía dar la flamante secretaria general del nuevo PSOE-M para dejar claro a la siempre convulsa federación socialista madrileña que el líder nacional y su mentor, Pedro Sánchez, es quien lleva ahora los pantalones. Lo cierto es que a punto de cumplirse una semana de la última crisis del partido en Madrid, la que dejó al ya ex portavoz en el Ayutamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, fuera de combate, críticas y apoyos por igual dejan una buena foto fija del estado del PSOE regional: roto en pedazos de nuevo.

«No apoyamos cómo se ha tomado esta decisión ni creemos que esta medida, pese a ser legítima, sea eficaz para unir al PSOE-M. Se tomó antes de reunir a la Ejecutiva, cuyos miembros se enteraron de todo por la Prensa, y no había necesidad ninguna de hacerlo así», explicaba esta semana uno de los miembros de la nueva cúpula regional que no ven con buenos ojos el regreso a «este tipo de decisiones unilaterales». «Las formas son fundamentales, y más en la situación en que está el PSM», añadió otro destacado socialista. Por contra, Óscar López, el que fuera director de la campaña electoral de Ángel Gabilondo y actual portavoz del PSOE en el Senado, aseguraba ayer en una entrevista a Europa Press que la nueva dirección regional madrileña tiene «competencias» y «legitimidad» para nombrar a sus portavoces en las instituciones y, por tanto, para relevar a Carmona al frente del grupo en el Ayuntamiento de Madrid. De nuevo, opiniones enfrentadas y, de nuevo, guerra en Madrid con nuevos actores en los papeles principales porque la respuesta de Carmona –que pese a su cese se negó a aceptar un «retiro» en el Senado»– no sólo deja en el aire el pacto de investidura que aupó a Ahora Madrid a la alcaldía de la capital con el apoyo indispensable de los nueve socialistas con representación en Cibeles, también abre una nueva crisis en el partido en pleno agosto y cuando la nueva Ejecutiva regional no ha cumplido dos semanas de andadura. «Carmona es sólo el último roto de un PSOE descosido», lamenta un diputado de la Asamblea afín a la dirección nacional que tiene su fe puesta en que el equipo que dirige Sara Hernández reconducirá la situación. Pero no lo tendrá fácil. Si el ya ex portavoz –que decidió tomar unos días de vacaciones una vez pasada la tormenta mediática– cumple su «amenaza» y decide emprender en septiembre una particular batalla para lograr ganar el Congreso Ordinario que se celebrará en septiembre, el mandato de la alcaldesa de Getafe podría ser de los más cortos que se recuerdan al frente de la federación socialista madrileña. Capítulo aparte será el Grupo Municipal, que el pasado jueves ya dejó una imagen, la de la reunión entre la sustituta de Carmona, Purificación Causapié, y la alcaldesa Carmena, que dejaba claro que las cosas no volverán a ser lo mismo en los pasillos del Palacio de Telecomunicaciones. Y es que, a pesar de que en una entrevista a «El País» la socialista aseguró que la colaboración entre el «desterrado» y el resto de concejales del PSOE en la capital continuará «con total lealtad», ella ya se ha mostrado más colaboradora con el equipo de Gobierno de Ahora Madrid. ¿Cuentan con Carmona para sacar adelante las iniciativas en el Ayuntamiento? Los que le conocen bien aseguran que el profesor de economía resistirá, no va a dejar un camino fácil para los que le han puesto la penúltima zancadilla, y la vuelta del verano será un constante juego de aritmética en el Pleno (la oposición –PP y C’s– ya se frota las manos pensando en que con el grupo de ediles pro Carmona suman 31 concejales en el hemiciclo municipal–. También en las agrupaciones, donde, según avisó el ya ex portavoz, «los militantes deberán cambiar el rumbo del partido». Esperaba dejar Pedro Sánchez las aguas calmadas en mes de agosto pero con Carmona le ha surgido una nueva nueva corriente en su pantano madrileño.

14 de junio... de 2014

El 14 de junio de 2014, cuando la nueva secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, colgaba en su perfil de Twitter una imagen besando a Antonio Miguel Carmona nada hacía presagiar cuál sería el futuro de ambos. Ella, recién elegida alcaldesa de Getafe, ha conseguido en pleno verano hacerse con el timón de mando del partido en la Comunidad de Madrid. Él, que por entonces ya había comenzado a calentar su campaña como candidato al Ayuntamiento de Madrid, contaba con el total apoyo de la Ejecutiva regional. Ahora este mismo órgano se ha encargado de quitarle de en medio.