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Cascorro planta cara a las terrazas «invasoras»

Vecinos y hosteleros exigen al Ayuntamiento que evite los abusos de varios locales sin licencia y con decenas de denuncias

Cascorro planta cara a las terrazas «invasoras»
Cascorro planta cara a las terrazas «invasoras»larazon

Vecinos y hosteleros exigen al Ayuntamiento que evite los abusos de varios locales sin licencia y con decenas de denuncias

Para muchas zonas de la capital, la llegada del buen tiempo es sinómino de más ruido y más molestias, especialmente por las noches, cuando unos se divierten y otros intentan descansar. Así lo vienen sufriendo, cada vez más, los vecinos de la plaza de Cascorro, en el corazón del Rastro, por la proliferación de terrazas de bares. Se trata de un problema que viene de largo y que los afectados confiaban en solucionar tras las reuniones que mantienen desde hace meses con el Ayuntamiento. Pero lo cierto es que muchos de ellos se han llevado una decepción tras el encuentro que mantuvieron a principios de mes con responsables de la Junta de Distrito Centro, a la que pertenece este zona de Madrid y cuyo concejal es Jorge García Castaño, que ha participado personalmente en algunas de las reuniones previas.

Durante estos meses, los afectados han explicado al nuevo Gobierno local (Ahora Madrid) que el año pasado llegaron a juntarse en la misma plaza de Cascorro hasta siete terrazas distintas que sumaban 133 mesas con sus correspondientes sillas. O, lo que es lo mismo, casi 400 personas a la vez en este rincón de la capital. Curiosamente, sólo la quinta parte de esas mesas estaban en la calle de forma legal, ya que, de las siete terrazas que coincidían al mismo tiempo, sólo dos tenían permiso del Ayuntamiento para 28 mesas, 14 cada una. Las 105 mesas restantes de las otras cinco terrazas eran ilegales al carecer de licencia municipal.

Esta saturación ha provocado importantes y continuas molestias a los vecinos de Cascorro, un barrio de la capital que, a diferencia de otros similares, no está catalogado como zona de protección acústica especial (ZPAE) porque la normativa municipal no lo considera área residencial, sino comercial, de forma que Cascorro no goza de las limitaciones al ruido que sí hay en otras calles de Centro.

Los vecinos sí están de acuerdo con las dos terrazas legales que llevan años cumpliendo todos los requisitos y horarios impuestos por el Ayuntamiento para no generar molestias. Prueba de ello es que estos dos establecimientos, con larga tradición en el barrio, recogen sus mesas y sillas en la calle ya a medianoche, una hora antes de lo que les permite la normativa municipal, para evitar molestias a las familias del entorno, con las que conviven desde hace décadas «sin ningún problema y en perfecta armonía», como explican los vecinos.

También aceptan de buen grado que Ahora Madrid, como les avanzó durante esa reunión del pasado 7 de abril, vaya a conceder licencia para un tercer local que lleva años solicitándola y que nunca se ha saltado la normativa. Pero lo que no comparten en absoluto es que el Ayuntamiento también quiera dar licencia a otros dos establecimientos de un mismo propietario que acumula decenas de denuncias durante los últimos meses por parte de los propios vecinos, lo que se ha traducido en continuas intervenciones de la Policía y los Servicios Municipales para desmontar esos espacios «ilegales», que se vuelven a instalar en cuanto desaparecen los agentes y los operarios del consistorio.

Además, algunos residentes y hosteleros de la zona están convencidos de que uno de esos locales a los que García Castaño quiere permitir que instale terraza carece de licencia de funcionamiento, una condición previa e indispensable para que el Ayuntamientoconceda el permiso de terraza, según la Ordenanza Municipal que regula este tipo de espacios.

Por eso, desde la nueva Asociación de Vecinos de Cascorro, surgida de la movilización espontánea de muchos afectados por este problema, entienden que «con tres terrazas hay más que de sobra» e instan al Ayuntamiento a que, si finalmente conceden licencias para otras dos, se asegure antes de que cumplen toda la normativa, cosa de la que dudan muchos en el barrio. También recuerdan al Gobierno local que se ha comprometido a ser más estricto con el cumplimiento de horarios, espacio ocupado y ruido, hasta el punto de que la concejalía de García Castaño asegura que cerrará aquellas terrazas que incumplan varias veces la normativa. Alguna de las que ahora pretende «legalizar» la han incumplido más de 70 veces, lo que justifica las sospechas de que este año volverá a ocurrir lo mismo, por lo que el Ayuntamiento se verá obligado a actuar.

De hecho, tampoco ha hecho falta esperar demasiado para confirmar esos temores, porque una de las terrazas ilegales del año pasado, que además fue de las más invasivas y molestas, ha intentado volver a instalarse esta misma semana, concretamente el pasado lunes, pero la Policía Municipal se lo impidió: «Los vecinos ya están muy hartos y no pasan ni una, en cuanto ven que se empieza a montar cualquier terraza ilegal, avisan a los agentes», comenta un comerciante de Cascorro.

Antonio es vecino de este barrio desde hace 20 años y explica que últimamente «la plaza se llena de mesas y sillas», lo que provoca que por las noches el panorama sea «demencial e insoportable», porque muchas de estas terrazas permanecen con gente «de juerga y montando barullo» hasta las dos de la madrugada, con lo que eso genera para el descanso nocturno. Antonio señala algo de lo que se han quejado numerosos vecinos de la zona, incluso con movilizaciones de protesta durante el año pasado: «Hay una concentración muy grande de terrazas en un espacio relativamente pequeño».

Carmen lleva «toda la vida» viviendo en la zona y lamenta que «esto es cada vez más desesperante, por las noches es imposible descansar». Como la inmensa mayoría de sus vecinos, entiende que haya «dos o tres terrazas pequeñas con una docena de mesas, como las de toda la vida, que además son muy respetuosas y no molestan casi nada», pero se queja de que «aquí todo el que llega planta 30 o 40 mesas sin permiso y las tiene hasta las tantas, aunque sea ilegal y moleste a todo el mundo, les da exactamente igual». Otra residente añade que «el ruido es evidente, estás en la cama y es casi como si estuvieras sentada en la mesa de la plaza», la misma en la que algunos balcones siguen luciendo pancartas de «Stop terrazas ilegales».

El problema viene de La Latina

En realidad, la zona de Cascorro empezó a sufrir este problema por contagio de otro mayor y más antiguo, como es la saturación de terrazas en la cercana Latina. Su asociación de vecinos conoce bien esta situación, como apunta el presidente, Saturnino Vera, quien lamenta que «un problema que ya hemos sufrido aquí se extienda a otras zonas». Su asociación exige una nueva Ordenanza de Terrazas «más racional» que la actual y «medidas preventivas», como la moratoria que han aplicado otras ciudades españolas ante la misma problemática: «Si se ha hecho Barcelona, ¿por qué no puede hacerse en Madrid», se pregunta. Además, el presidente de la Asociación de Vecinos de Las Cavas-La Latina explica que las sanciones por terrazas ilegales en la capital son «muy bajas», porque la multa es de 3.500 euros: «Con 40 mesas se saca eso en una sola tarde y sólo en beneficios. Aunque les pongan un par de multas al mes, les resulta rentable, porque en un par de días ya sacan para pagarlas y el resto es beneficio».