Ahora Madrid

Club de Campo: del éxodo de Tierno al de Carmena

La «toma» que oficializó ayer Carmena provoca una situación en el club que ya se vivió en 1983. Entonces se saldó con casi 2.000 socios fundando un nuevo complejo de golf.

En la actualidad el Club de Campo tiene 30.000 socios que disfrutan de sus instalaciones
En la actualidad el Club de Campo tiene 30.000 socios que disfrutan de sus instalacioneslarazon

La «toma» que oficializó ayer Carmena provoca una situación en el club que ya se vivió en 1983. Entonces se saldó con casi 2.000 socios fundando un nuevo complejo de golf.

El equipo de Manuela Carmena oficializó ayer su «toma» del Club de Campo. El Consejo de Administración nombró un nuevo gerente, aprobó los presupuestos de 2016 y dio el visto bueno a las líneas maestras de un nuevo tipo de gestión que pasa por dar un mayor uso a las instalaciones. El club abre así una etapa no exenta de dudas en su horizonte más próximo. El Gobierno de Ahora Madrid quiere que colegios e institutos públicos disfruten de las pistas deportivas en las franjas horarias infrautilizadas. Y también buscará ampliar «los perfiles de usuarios». Esta postura, aún por concretar, choca con la visión de los socios, que con los 22 millones de euros que pagan cada año en concepto de cuotas, sostienen la práctica totalidad del presupuesto de la empresa mixta. Al margen del malestar provocado por la pretensión de Carmena de «vender» la idea de que el club es una institución «elitista», muchos socios admiten que el fantasma de una oleada de bajas puede desencadenarse si el Ayuntamiento continúa adelante con esta cruzada. De hecho, una muestra de lo que puede venir en los próximos meses ya se apreció este verano. Los socios abonan sus dos cuotas en los periodos de julio-agosto y diciembre-enero, 365 euros en cada semestre, lo que suma una anualidad de 730 euros. Fuentes del club señalan que este verano, una vez formalizado el cambio de Gobierno en Cibeles, se registraron más bajas que en años anteriores. Sin embargo, el peor síntoma llegó cuando las nuevas plazas que semestralmente se ofertan para la entrada de nuevos socios –que han de abonar una cuota inicial de registro de 3.000 euros– no se cubrieron.

Hace más de treinta años, y con Enrique Tierno Galván como primer edil de la capital, el Club de Campo de Madrid ya vivió un exódo de socios similar al que se podría volver a plantear con la puesta en marcha de las medidas de Carmena. «No estábamos de acuerdo con la socialización que planteaba Tierno, por eso decidimos fundar un nuevo club», explica uno de los algo menos de 2.000 socios que, en 1983, decidieron crear la Real Sociedad Hípica Club de Campo de Madrid (RSHECC) cuando el Ayuntamiento inició los trámites para recuperar los terrenos e instalaciones del club al vencerse la concesión de los mismos. En diciembre del 83, después de seis meses de negociaciones para lograr una solución que conformara tanto al Ejecutivo municipal como a la directiva del Club de Campo, se constituía la sociedad mixta de la que el Consistorio es el accionista mayoritario y que también está participada por la Real Sociedad Hípica Española y Patrimonio. Unos meses después se establecía el nuevo protocolo que regía las normas del club y que provocó, definitivamente, que la RSHECC decidiera buscar un nuevo emplazamiento para fundar un club exclusivamente privado.

La salida de los asociados, explican, no fue inmediata. Los socios que así lo consideraron iniciaron las obras para fundar un nuevo club de golf en la finca «coto Pesadilla», en San Sebastián de los Reyes, a partir de 1990. «Pagamos un millón de pesetas por acción familiar (a razón de 600.000 el titular y 400.000 cada agregado) a fondo perdido para empezar y comprar la finca», asegura el ex socio del Club de Campo que, dice, hizo un buen negocio con el cambio. En el club que surgió del Club de Campo sus socios no sólo forman parte del accionariado de un campo de golf de 18 hoyos con menos socios que el inicial, sino que también, con el paso de los años, sus acciones se han revalorizado: «La inversión para crear la sociedad fue buena, ahora cada una vale entre 20.000 y 25.000 euros». «Tierno Galván incrementó el número de socios, masificó las instalaciones y no podías disfrutarlas», asegura este ex socio que señala que, en un día de golf con el campo «a tope» el máximo de jugadores que pueden participar es de 240.

Ahora la «huída» de socios del Club de Campo podría suponer más quebraderos de cabeza para los que decidan salir que para los que lo hicieron hace treinta años. Este experto en golf asegura que en la actualidad, en Madrid, no hay fincas disponibles para llevar a cabo un proyecto de este tipo. Así, explica que necesitarían una finca de un mínimo de 200 hectáreas y que en este momento las únicas que hay están afectadas por el plan de influencia del Canal de Isabel II, «lo que provoca que no puedas hacer nada en ellas», concluye. La última que reunía las condiciones necesarias para crear un «clon» de las instalaciones de la carretera de Castilla, la finca «Soto de Manzanaque» –de los herederos del duque de Alburquerque y que se sitúa en el término municipal de Algete– la adquirió hace cinco años el Club de Golf de La Moraleja para hacer allí sus campos 3 y 4 con 36 hoyos.

Un 1% más en salarios

Al margen del nombramiento del nuevo gerente, el Consejo de Administración aprobó unas cuentas para 2016 en las que se prevé un aumento de la masa salarial del 1%, invertir 1.500.000 euros en mantenimiento y en reformas para la obtención de la ITE. Del mismo modo, y además de los programas que permitirán el aterrizaje en el club de institutos y colegios a cargo de las cuotas de los abonados, la empresa mixta también realizará actuaciones de inversión con los recursos que genere.