Dejar las drogas en la puerta del hospital

Sanidad forma a médicos para que la atención en Urgencias sea el primer paso para detectar y tratar el consumo de estupefacientes

Las personas que abusan de las drogas son usuarios habituales de los servicios de Urgencias en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) y, desde hace dos años, la Comunidad de Madrid está formando a los médicos y enfermeras que atienden a los pacientes que ingresan por motivo o con síntomas de haber consumido sustancias psicoactivas, para que puedan sensibilizarles de los peligros del consumo y, en casos graves, conseguir derivarles a los dispositivos de la red asistencial de la Agencia Antidroga.

Para ello, los profesionales sanitarios cuentan con un pequeño manual de instrucciones en el que se les recuerda que en todas las urgencias en las que sospechen de consumo, deben recoger información sobre el tipo de sustancias consumidas, si se toman de manera esporádica o habitual y la vía de consumo –inyectada, oral o esnifada–. En caso de que el ingreso sea directamente relacionado con el uso de drogas, se registra directamente en la historia clínica del paciente y, si el consumo es problemático, se les deriva a psiquiatría, Salud mental o, directamente, a los centros específicos de atención a drogodependientes.

La primera atención, la clave

Esta recomendación se puso en marcha hace casi dos años y también se han realizado jornadas de formación a los MIR, para que tengan en cuenta el consumo de sustancias a la hora de atender a los pacientes. Según explica Ana Ruiz Bremón, jefa del Servicio de Evaluación e Investigación de la Subdirección General de Actuación en Adicciones de la Dirección General de Salud Pública, cada vez más médicos y enfermeras se interesan por la atención temprana en caso de abusos de drogas. «No sólo por la mejora de la atención médica, sino por la capacidad de hacer intervenciones breves de prevención o derivar a los consumidores de drogas a los recursos de la red asistencial», señala.

Según valoran los profesionales de las urgencias y las emergencias, el momento es fundamental ya que suelen ser pacientes a los que se les da de alta en el mismo día. «Están asustados porque han acabado en el médico, son más susceptibles a los consejos y suelen mentir menos sobre el consumo realizado», asegura Ruiz Bremón, que detalla que es especialmente importante en los casos de jóvenes, que han ingresado por primera vez, y que no son conscientes del peligro de algunas drogas, como el cannabis, que provoca cada vez más episodios psicóticos.

Desde el Servicio de Evaluación e Investigación elaboran desde 1987 un indicador que cada año recopila los datos de las urgencias hospitalarias y emergencias en consumidores de sustancias psicoactivas. Unos datos que sirven a los profesionales para identificar a los posibles consumidores y a Sanidad a preparar con antelación los dispositivos necesarios para las tendencias de uso de drogas que se van percibiendo. Por ejemplo, aunque la cocaína sigue siendo la principal sustancia que motiva un ingreso en urgencias, cada vez hay más pacientes, especialmente jóvenes que necesitan atención por consumo de cannabis. De hecho, el cannabis es la sustancia que más consumen los jóvenes, frente a la cocaína y, especialmente, el alcohol en combinación con estupefacientes ilegales, que es lo que toman la mayor parte de los pacientes de mediana edad. En el caso de la heroína, el descenso en el consumo de esta droga ha sido muy pronunciado.

Un hecho casis sistemático entre los drogodependientes de la cocaína es que suele ir mezclada con el alcohol. Por eso, detrás de una adicción a la cocaína está camuflado un nuevo caso de alcoholismo. Muchos pacientes, aseguran los expertos, están enganchados al efecto que produce la combinación de ambas sustancias. Es decir, no consumen cocaína sin haber consumido alcohol y viceversa. El tratamiento en estos casos es más complicado.

Llama la atención entre los datos recopilados por la Consejería de Sanidad que, en general, los hombres son los principales consumidores en la mayor parte de estupefacientes. Sin embargo, las mujeres lideran la estadística cuando se trata de hipnosedantes –tranquilizantes– y antidepresivos. Este consumo tan sólo se señala en el estudio cuando la droga, que en este caso es legal, no cuenta con prescripción médica y las pacientes la toman después de haber terminado un tratamiento prescrito, al conseguirla de otra persona o en el mercado ilegal de sustancias legales.

Prevención de drogodependientes

Para que una persona decida comenzar una vida lejos de las drogas, lo ideal no sería que lo dejen tras haber tenido que ingresar en el hospital sino que nunca las hayan tomado. Por eso, la prevención es fundamental. La Dirección General de Salud Pública cuenta con diversas estrategias de prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar, familiar, de ocio y tiempo libre para modificar los factores de riesgo y fomentar factores de protección orientados a lograr estilos de vida saludables. Existen programas que se imparten en centros educativos (a partir de 6º de Primaria se trabaja en el aula con unidades didácticas), a padres de alumnos (es importante reforzar el lazo familiar y la educación preventiva desde casa) o la Unidad Móvil «Drogas o tú» para alumnos de E.S.O.