Arquitectura

El Beti Jai sale de la selva

El Ayuntamiento terminó ayer la primera fase de la restauración del deteriorado frontón de pelota vasca con el descubrimiento de la fachada.

El original edificio se cubrirá y se destinará a usos deportivos. Según los arquitectos, al llegar creyeron que estaban en el Amazonas
El original edificio se cubrirá y se destinará a usos deportivos. Según los arquitectos, al llegar creyeron que estaban en el Amazonaslarazon

El Ayuntamiento terminó ayer la primera fase de la restauración del deteriorado frontón de pelota vasca con el descubrimiento de la fachada.

El emblemático Frontón Beti Jai, situado en la calle del Marqués de Riscal, 7, ya está cogiendo forma, en concreto, la misma forma que tuvo en 1894 cuando se terminó su construcción. El Ayuntamiento de Madrid dio ayer por concluida la primera fase de rehabilitación. La lona que cubría la fachada de esta instalación deportiva desapareció por completo para contemplación de turistas y madrileños.

Este frontón de pelota vasca, que fue declarado monumento nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural en 2011 por la Comunidad de Madrid, se encontraba en un estado lamentable, cuando en el año 2015 recayó en manos del Ayuntamiento de Madrid tras un arduo proceso de expropiación. Para darle esta segunda vida, han sido necesarios unos 2.800.000 euros de presupuesto y mucho interés y colaboración por parte de muchos ciudadanos y diversas plataformas como Salvemos el Frontón Beti Jai, que se encargaron de hacer investigaciones sobre cómo era en sus inicios este original edificio, con el fin de reproducirlo exactamente igual. De hecho, era tal el estado de deterioro, que los primeros arquitectos y concejales del Ayuntamiento que se acercaron hasta la zona pensaron que se encontraban en la mismísima «selva de la película de Indiana Jones», comentó María Luz Sánchez, la arquitecta encargada de la obra.

Hasta la inauguración de la fachada de esta joya arquitectónica se acercó el delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, el concejal de Chamberí, Jorge García Castaño, y la coordinadora general de Cultura, Deportes y Turismo, Carmen Rojas. Entre las labores más significativas de esta primera fase destaca la recuperación de elementos y estructuras originales, como la fachada principal, trabajos con los que se garantiza además la seguridad y estabilidad.

Durante las obras han aparecido descubrimientos como un arco neomudéjar en buen estado detrás de un tabique y unas tejas planas originales muy innovadoras para la época, descubiertas en una recámara. En estos momento, la recuperación se está centrando en el forjado de la segunda planta y, aunque habrá que esperar algunos años para saber que uso final del edificio, Sánchez Mato aseguró ayer que el frontón «no va a privatizarse» porque, dijo, el principal motivo de su rehabilitación es que «todos los madrileños puedan disfrutar de este patrimonio». Además, aseguró que el único motivo por el que se pretende cubrir esta infraestructura es «porque en Madrid llueve más de 60 días al año» y el agua podría deteriorar de nuevo las instalaciones y el ruido que pueda producirse en el interior podría molestar a los vecinos.

De comisaría de policía, a taller de coches

El Frontón Beti Jai, ideado por el arquitecto Joaquín Rucoba, comenzó a edificarse en el año 1893, durante el auge de los frontones en la capital. Con un presupuesto aproximado de 500.000 pesetas y tan solo un año de obras, el edificio quedó totalmente construido. Hasta 1919 la infraestructura se utilizó como instalación deportiva, sin embargo, a partir de ese mismo año tuvo que sufrir usos muy diversos que lo dejaron casi en ruinas. En poco tiempo, el espacio se convirtió en una comisaría de Policía, en un lugar de ensayo para las bandas de música de Falange, en una escuela militar e, incluso, en un taller de reparacion de coches.