Madrid

El ensayo de Gran Vía en Chamberí indigna a los vecinos

La ampliación de las aceras de Santa Engracia disminuye el espacio disponible para aparcar en un barrio con problemas para el estacionamiento

La calle, levantada. Vallas y máquinas decoran Santa Engracia desde el pasado 10 de febrero, una situación que se prolongará, al menos, cuatro meses más
La calle, levantada. Vallas y máquinas decoran Santa Engracia desde el pasado 10 de febrero, una situación que se prolongará, al menos, cuatro meses máslarazon

La ampliación de las aceras de Santa Engracia disminuye el espacio disponible para aparcar en un barrio con problemas para el estacionamiento

Desde el pasado 10 de febrero el Ayuntamiento de Madrid está ensayando en la calle Santa Engracia la ampliación de aceras y reducción de carriles que pretende aplicar en la Gran Vía. La circulación se reducirá a tres carriles, con uno destinado a los autobuses y se añade un itinerario ciclista junto a la acera. Se trata de la primera reducción drástica de carriles fuera del distrito Centro, donde la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, quiere restringir el tráfico sólo a residentes y transporte público.

De hecho, en Gran Vía, donde ha preguntado a los ciudadanos sobre la conveniencia de «ampliar las aceras» para mejorar el espacio peatonal –logrando un respaldo de más del 85% de las 82.000 personas que participaron en la consulta–, Carmena valora incluir la calle en la gran Área de Prioridad Residencial (APR) de Centro. Su objetivo es unificar las zonas por las que solo se autoriza el paso a los residentes y servicios de Cortes, Las Letras, Embajadores y Ópera, así como añadir los barrios de Universidad y Justicia, al otro lado de la Gran Vía.

La duda del equipo de Ahora Madrid es si incluir o no la arteria que cruza el centro en la Área de Prioridad Residencial. Es por ello que, desde otoño, han estado haciendo ensayos, primero mediante modelos informáticos y, después y forma abrupta, durante toda la campaña navideña. A lo largo de 23 días en tres tramos, tan sólo los vehículos de residentes, el transporte público y un puñado de servicios, algunos de ellos a golpe de sentencia judicial, pudieron transitar por la Gran Vía. El resultado fueron atascos y quejas de vecinos y comerciantes.

Ahora, con la calle Santa Engracia, Carmena se está enfrentando a protestas similares ya que tanto residentes como empresarios protestan por las consecuencias no deseadas de la ampliación de aceras, como la reducción de plazas de aparcamiento. Juan, un farmacéutico de la zona, explica «que la mayoría de clientes no entienden esta decisión de ampliar las aceras y poner un carril bici». Además, opina que «a las furgonetas de reparto si que puede afectar que se deje menos espacio para circular». Un empleado de un restaurante de la zona, aclara que los negocios de restauración situados a lo largo de la calle son, por ahora, los más afectados «por el ruido que provocan las obras», pero también por el «polvo» y «porque las bicicletas no van a respetar el carril bici y circularán por las aceras incomodando a los clientes».

A pesar de estas opiniones, las tiendas de la zona no serán las más perjudicadas por la reducción de carriles, ya que, como señalan varios empleados, son negocios de proximidad a los que los clientes acuden a pie. Así, los problemas serán para los vecinos de la calle Santa Engracia, la principal arteria del barrio de Chamberí, y sus alrededores.

Lo que preocupa a la mayoría de los residentes de la zona es la previsible congestión del tráfico y la reducción de plazas de aparcamiento. Joaquín Morais, un vecino del barrio, reconoce que el cruce de la calle Santa Engracia con Eloy Gonzalo es un punto «con mucho tráfico en el que se concentran muchísimos coches», un problema que, «con menos carriles para la circulación se verá agravado».

María, otra vecina, paseaba ayer a su perro bajo la nube de polvo provocada por las obras. Esta residente reconoce que la decisión tomada por el gobierno de Ahora Madrid ya ha repercutido negativamente en su bolsillo: «He tenido que alquilar una plaza de garaje porque la calle se va a poner imposible para aparcar». Sobre el carril-bici cree que «no compensa quitar carriles para cuatro bicicletas que pasarán cada hora, porque es un gasto innecesario» y que supondrá un perjuicio para la circulación ya que «dos carriles no son suficientes para absorber el tráfico en hora punta». Además, los vecinos están molestos con el consistorio porque «no se ha incluido una pregunta sobre este tema en la consulta ciudadana de Carmena», explica.

A José, otro chamberilero, la decisión le parece «fatal», aunque reconoce que «si el Ayuntamiento de Madrid lo ha decidido así será porque lo han estudiado a fondo y han visto que es la mejor solución posible».

Peligroso para los ciclistas

Una reducción de dos carriles para coches, ampliación de las aceras y creación de un carril exclusivo para bicicletas. Este es el plan del Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Ahora Madrid, para la calle Santa Engracia. De esta manera, de los cinco carriles para tráfico rodado que había antes del inicio de la sobras, solo quedarán tres cuando estas finalicen. El carril-bici estará separado de la calzada por unas isletas en las que los coches podrán aparcar. Sin embargo, varias asociaciones ciclistas ya han criticado la peligrosidad de este proyecto