Incendio en Seseña
«El miedo no nos ha dejado dormir, vivimos como topos»
Begoña Jurado recuerda perfectamente la hora. Era en torno a la 1:00, justo cuando emiten en televisión una de sus series favoritas. «Siempre tengo la ventana abierta, me gusta ver la luz del parque. Entonces, todo se llenó de luces de coches de bomberos», relata esta vecina de la urbanización de El Quiñón, que finalmente fue evacuada. Vio entonces el fuego justo en el lateral del almacén, tal como afirmaron los primeros testigos del siniestro. «Los bomberos tuvieron que rodear la zona. Es de muy difícil acceso», relata. Lo primero que hizo fue acordarse de su gato, Manolo, y fue a buscar su transportín por si tenía que abandonar el lugar con carácter de urgencia.
La noche fue larga. «Con el susto y el miedo no hemos podido dormir apenas. Tengo todo cerrado. Vivimos como topos. Desde mi cama, levantaba la vista a la ventana cada dos por tres». Begoña cuenta que sobre las 7:00 horas han empezado a oír los helicópteros. Y en torno a las 8:30, las primeras megafonías de las autoridades, que tomaron la urbanización de Seseña alertando de que no abrieran puertas ni ventanas. «Decían que cerráramos las puertas y ventanas, que no saliéramos de casa. Y, si era posible, recomendaban a la gente con problemas respiratorios que abandonara la urbanización. De momento, hago todo lo que dicen las autoridades. Me parece que están haciendo un trabajo inmenso», asegura. Mientras atiende a LA RAZÓN en su casa, los aviones recogen agua del pequeño lago artificial que hay frente a su edificio, rumbo al foco del fuego. «Lo van a dejar seco», asegura.
Como a muchos vecinos, le preocupa las condiciones meteorológicas. «Decían que a las 18:00 iba a llover mucho y, según los expertos, las partículas, con el agua, son más peligrosas». De hecho, ni Begoña ni su marido esperaron a la evacuación decretada por las autoridades manchegas ya durante la tarde. «Mi hijo me ha llamado y me ha dicho: ‘‘Voy a por ti’’. Le he dicho que no se preocupara. Mi madre tiene una casa en Madrid. Iremos allí», añade. Begoña es una de las vecinas que han visto con frecuencia camiones descargando material en el almacén, pese a que, a priori, está considerado ilegal desde hace más de diez años. «Siempre pensábamos que un día esto podía prender. Y, finalmente así ha sido», dice.
En una urbanización ya desierta, Isaac pasea a su perro. «Si esto ya lo hemos vivido... En 2013 hubo otro incendio en una fábrica de plásticos de aquí cerca, también en Seseña. Siempre hay gente que se quiere deshacer de su negocio. Y en la zona del vertedero se suele ver a chavales, algunos gamberros.. y sí, muy de cuando a cuando, ves camiones que descargan», dice.
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