Sucesos

El niño «Spiderman» de Coslada

Un menor de doce años se encuentra ingresado en el Hospital Niño Jesús tras caer el lunes desde un segundo piso después de robar en una vivienda

El menor subió desde este patio interior hasta el segundo piso / Foto: Gonzalo Pérez
El menor subió desde este patio interior hasta el segundo piso / Foto: Gonzalo Pérezlarazon

Un menor de doce años se encuentra ingresado en el Hospital Niño Jesús tras caer el lunes desde un segundo piso después de robar en una vivienda.

A. solo tiene 12 años pero ya es un experto en el robo con fuerza en viviendas por el método del escalo. Sus vecinos le conocen porque baja desde su casa (un primer piso) y vuelve a subir por la fachada trasera en apenas unos segundos. Por eso, y porque a pesar de su cortísima edad es también un conocido de la Policía, muchos en Coslada le conocen como el «Spiderman». «Dice que se escapa porque su madre le cierra con llave en casa. La mujer tiene que irse a trabajar y sabe que el niño no va al instituto ni hace nada: es un pieza. La pobre ya no sabe qué hacer con él», explican en el bar justo debajo de su casa.

Y es que A. no se corta en bajar a pulso desde su terraza a la vista de todo el mundo. Los comerciantes de la zona asisten atónitos a sus números de equilibrismo y, aunque le han llamado la atención varias veces, él hace caso omiso. «Suben él y sus amigos en nada: ocho segundos», aseguran desde un negocio de cristales que da justo a esa pared. «La primera vez pensábamos que se intentaba colar en la casa pero luego vimos que vivía ahí».

Puede que por esta costumbre de escaparse así de casa, A. se haya convertido en un «número uno» de la escalada urbana y en los últimos meses haya querido dar un paso más y aprovechar esa habilidad para delinquir. Fuentes policiales aseguran que ya le han pillado intentando robar en varias casas accediendo a ellas por este método. Una reciente ha sido hace unas semanas en la calle Doctor Ochoa de la localidad e iba acompañado de otra gente. La última vez fue el lunes. Pero algo salió mal. La Policía Nacional investiga si este menor, de nacionalidad rumana, es el responsable del robo que se produjo esa mañana en un segundo piso de la calle Emilio Martín Encinas. Allí viven Aurel y Geta Naie, que denunciaron ese mismo día que habían entrado en su casa. «La madrugada del domingo entraron en casa mientras nosotros dormíamos y se llevaron dos móviles Samgung: el mío y el de mi marido. Me di cuenta por la mañana al ver que estaba la puerta abierta y los teléfonos no estaban», explica Geta, también rumana.

Pero el lunes por la mañana, mientras el matrimonio estaba trabajando y la hija en el instituto, volvieron a entrar. Desde el patio de interior (al que se puede acceder con facilidad desde la calle), alguien trepó por las cuerdas de tender la ropa hasta su casa. Antes, una vecina vio a un joven en el patio y le dijo «lárgate de aquí», cuentan en Saneamientos Gallardo. El ladrón accedió a la vivienda por la ventana del dormitorio o de la cocina, donde ayer aún se apreciaban los polvos negros que dejó la Policía Científica para tratar de coger huellas. Esta vez se llevaron el móvil de la niña, un reloj inteligente del padre y el ordenador. Se cree que trató de bajar por la ventana del salón. «Estaba abierta de par en par y los cables de al lado revueltos», dice Geta. Desde aquí es desde donde creen que cayó A.

Eran sobre las 11:00 horas y los vecinos que le vieron en el suelo y llamaron al 112 dicen que en ese momento se fueron corriendo dos jóvenes que estaban con él. A. llevaba una sudadera gris con la capucha puesta, apenas podía moverse y los pronósticos iniciales eran desalentadores. Fue trasladado en una UVI del Summa al Hospital Niño Jesús, donde ingresó con un traumatismo craneoencefálico severo. Su estado era grave pero parece que evoluciona favorablemente, según ha explicado su madre, Nicoleta, a este diario. La mujer admite sentirse frustrada por la deriva que ha tomado su hijo. «Llevamos viviendo aquí desde que él tiene tres años y siempre ha sido un niño buenísimo, pero este último año ha empezado a comportarse así». Como principal motivo, señala a unas malas compañías que ha conocido estos meses. «He ido muchas veces a la Policía porque se escapa de casa y ellos me lo han traído alguna vez cuando le encuentran. También me llaman cuando le pillan robando», reconoce. Nicoleta quiere que se investigue este robo porque ella sostiene que alguien «empujó» a su hijo o pasó algo raro: «Si no no caes de cabeza y no te rompes nada más que el cráneo». Ayer estuvo hablando con él y ya pudo comer algo. «Los médicos y la Policía me han dicho que no le hable del tema» pero ella quiere saber cómo ocurrió todo y, si hay más culpables, que lo paguen. «No creo que diga nada porque nunca habla de estas cosas. Se queda callado cuando le pregunto yo o la Policía». En cualquier caso, espera que de ésta ya se le hayan quitado las ganas de seguir trepando los edificios de Coslada.