Ciudadanos
¿El poder corrompe?
No estoy de acuerdo con aquellos que afirman que el poder corrompe a las personas. La ética, la moral y los valores pueden llegar a ser virtudes infranqueables para quienes creen en ellas. Sin embargo, sí que creo que la ausencia de limitaciones –temporales y competenciales– del poder es contrario a un ejercicio virtuoso del mismo. Los efectos secundarios del ejercicio ilimitado del poder son evidentes: autoritarismo, ausencia de dialogo, falta de transparencia, redes clientelares, corrupción...
José Bono estuvo 21 años al frente del Gobierno de Castilla La-Mancha, Manuel Chaves gobernó Andalucía 19 años y Esperanza Aguirre hizo lo propio en la Comunidad de Madrid durante 9 años. Bajo los mandos de algunos de ellos se hicieron cosas bien, pero también se gestaron los mayores escándalos de nuestra Democracia. Todos ellos se han ido fraguando bajo el manto de presidentes que llegaron al poder con la ilusión inicial de un nuevo proyecto pero que se fue anquilosando entre montañas de informes acerca de cómo conservar el poder, asesores-palmeros y cada vez un mayor número de favores por devolver.
España y, por supuesto, la Comunidad de Madrid necesitan una regeneración democrática urgente, que siga limpiando las instituciones y que devuelva la confianza –que otros malversaron– a los ciudadanos. El pasado viernes, desde Ciudadanos volvimos a tomar la iniciativa ante la dejadez del PP de Cristina Cifuentes en materia de regeneración política. Ahora ya está en marcha una reforma de la Ley de Gobierno para limitar a un máximo de ocho años los mandatos del presidente del Ejecutivo autonómico. La regeneración se demuestra con hechos. Por eso existe Ciudadanos.
*Portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid
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