Policía
El robo de catalizadores se multiplica por cuatro
La Policía recibe en las comisarías de distrito hasta media docena de denuncias diarias
Tras la oleada del robo de cable de cobre de los últimos años, el último grito en robos para obtener un metal que poder vender a receptadores son los catalizadores de vehículos. Hace tiempo que se puso de moda, pero es que ahora a las comisarías de distrito llega cada día un caso como mínimo y hay ocasiones en las que se juntan hasta media docena de denuncias diarias, si la banda en cuestión ha actuado ese día por un barrio en concreto y quiere deshacerse pronto del material. La situación preocupa a las empresas de transporte, que suelen ser las más afectadas, ya que furgonetas y camiones cuentan con catalizadores más grandes y, por tanto, más rentables para los delincuentes. También se han producido robos en desguaces, porque no importa que la vida útil del catalizador haya expirado, ya que los metales siguen valiendo para su fundición. Al igual que ocurre con el cobre, la crisis ha provocado el aumento de este tipo de robos, bastante sencillos de extraer, aunque hay que estar bien entrenado para resultar lo más discreto posible a la vista de otros. Hay muchas veces que directamente se limitan a cortar el tubo de escape o dan un tirón con otro coche tras atarlos con una cadena, hay veces que las bandas van preparadas con las herramientas necesarias para «serrarlos». En un par de minutos, si se les da bien, pueden hacerse con ellos. Los delincuentes suelen actuar en garajes privados o incluso en los de centros comerciales, aunque también pueden hacerlo en plena calle si el coche está aparcado en una zona no muy transitada. Pero ¿qué metales se pueden vender de un catalizador? Los expertos explican que muchas veces depende del modelo, pero suelen llevar metales como el platino, paladio y cromo, que al venderlos en el mercado negro pueden alcanzar precios muy elevados. Por ejemplo, de platino estaría en algo más de 30 euros el gramo. «De cada catalizador se pueden sacar hasta dos gramos de platino, por lo que se puede decir que por un catalizador ganan unos 100 euros: es muy rentable», explica un agente policial. Porque además del platino (por el que sacarían 60 euros) puede sacar paladio, que está a unos 20 euros el gramo, aunque del precio de la cotización a lo que pague el chatarrero (y, en este caso, también receptador ya que compra un metal a sabiendas de que no hay ninguna garantía de que no sea robado) suele haber mucha diferencia. También se puede extraer rodio del catalizador, según los expertos, y éste ahora mismo cotiza a 32 euros el gramo. Si bien es cierto que los receptadores suelen pagarlo según oscile el precio de cotización del mercado mundal de metales, «traducen» las onzas (que es como se miden los metales) a gramos, que es lo que entiende el cliente.
Para vender un catalizador no es necesario que el vehículo esté en buenas condiciones, ya que, aunque la vida últil del catalizador sea aproximadamente una década (su función es reducir la emisión de algunos gases contaminantes), los metales siguen manteniendo sus propiedades.
El alarmante aumento de estos robos ha puesto en jaque a aseguradoras y a los propietarios afectados. Muchos conserjes de garajes privados ya han recibido la orden de vigilar con mayor frecuencia en rondas nocturnas la presencia de personas ajenas a la propiedad. Los «cacos» suelen actuar en grupo o, al menos, en pareja, ya que uno de ellos suele vigilar la zona mientras el compañero realiza el trabajo. Los expertos creen que se puede extraer un catalizador en entre dos y diez minutos, según la habilidad del delincuente y el modelo de vehículo. Así lo hacía un grupo criminal organizado desmantelado el mes pasado (en diciembre) por la Policía Nacional de la comisaría de Leganés. La Brigada Local de Policía Judicial también detectó un incremento significativo del robo de catalizadores desde este verano. Comenzaron a analizar la franja horaria de actuación, el modus operandi y la zona donde los propietarios denunciaron haber sido víctimas del robo. Se trataba del centro comercial Parquesur, en cuyos parkings (interior y exterior) actuaban los cacos. Los agentes diseñaron un dispositivo de vigilancia y pronto detectaron el vehículo en el que parecía que se movía la banda: un Chevrolet Aveo matrícula FT, ocupado por dos varones.
El coche deambulaba por los aparcamientos sin dirigirse a ningún sitio en concreto ni estacionar en ninguna plaza. Uno de los miembros vigilaba y el otro ejecutaba. Tras visionar las grabaciones recogidas por el servicio de videovigilancia de seguridad privada, los agentes constataron que los jóvenes no tenían otra misión en el lugar que sustraer los catalizadores de los bajos de los vehículos. Se centraban en dos marcas concretas de coches: Hyundai (modelos Sonata Santa Fe y Tucson) y Kia (modelos Magnetis, Sportage y Carens). Una vez identificado el titular del Chevrolet Aveo, se procedió a su detención y él mismo confesó la identidad de sus compinches. Sólo en esa zona se habían llevado 29 catalizadores. Además de estos hurtos, se les imputó pertenencia a grupo criminal organizado. Son Sergio Ortega, Israel Lobato y Juan Antonio Marcos, los tres españoles, de entre 24 y 29 años. Menos Israel, los otros dos cuentan con antecedentes policiales por hechos similares. Están pendientes de juicio aunque, como les ha ocurrido el resto de ocasiones, seguramente queden en libertad al tratarse de un «simple» hurto.
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