Londres

Enganchados al telepago

Madrid se sube al carro tecnológico y facilitará el pago de los parquímetros, el alquiler de bicicletas o la compra del abono de transportes de forma telemática

Enganchados al telepago
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La presión del reloj dejará de ser un motivo de tensión cuando aparque el coche en el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) de la capital. A partir del año que viene, podrá pagar desde su teléfono móvil tiempo extra de parquímetro sin moverse de donde esté. La alcaldesa de la capital, Ana Botella, anunció ayer que, en el próximo Contrato Integral de Movilidad Sostenible, que se presentará a finales de año, se incluirá la aplicación de nuevas tecnologías que, entre otras cosas, permitan el pago desde el teléfono móvil.

Este año concluye el contrato de concesión del SER y, como ya se ha hecho en la recogida de basuras, el consistorio creará un nuevo «supercontrato» que incluirá todas las zonas de parquímetros de la ciudad. «En los pliegos de la concesión incluiremos la aplicación de nuevas tecnologías para facilitar el pago a los ciudadanos», explicó la alcaldesa en una entrevista en la COPE.

La regidora no precisó qué tipo de tecnología permitirá el pago por el teléfono, pero en varias ciudades del mundo ya está implantada para pagar aparcamientos, peajes o transporte público ya sea a través de mensajes SMS o con un crédito en los sistemas de pago on-line.

Los nuevos parquímetros incluirán a su vez las bonificaciones y penalizaciones por el impacto del vehículo en el medio ambiente que anunció Botella el pasado miércoles. Así, tras introducir la matrícula del vehículo y cruzar los datos con la base de la Dirección General de Tráfico, el parquímetro establecerá la cantidad a pagar según la tecnología del vehículo, la antigüedad y la zona de ocupación.

Al respecto, la alcaldesa rechazó que el nuevo sistema penalice los coches más antiguos y consideró que el parque automovilístico madrileño es «muy joven». Asimismo, negó que vaya a implantar en la ciudad medidas más radicales para la lucha contra la contaminación del aire, como introducir un peaje para entrar en el centro de la ciudad, como ocurre en Londres, o cerrar totalmente al tráfico la Zona de Bajas Emisiones cuando los niveles de contaminación sean altos, tal y como permite el Plan de Calidad del Aire y las directivas de la Unión Europea al respecto. «Sería discriminatorio, no se me ocurriría», aseguró.