Fuenlabrada

Foco antidroga sobre Moncloa

La Policía detiene a cinco traficantes tras una redada en una discoteca. Ofrecían cocaína, speed y éxtasis

Foco antidroga sobre Moncloa
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Moncloa y los famosos bajos de Argüelles siempre fueron zona de copas y, por tanto, zona de pequeño menudeo de droga. Aunque ya no tan en auge, muchos locales de la zona siguen recibiendo bastante público, mayoritariamente joven (universitarios y turismo juvenil), por lo que los «camellos» no han dejado de frecuentar la zona. La Policía lo sabe y lucha contra el problema aunque las redadas policiales en estos locales de copas no son muy frecuentes. Pero desde el pasado fin de semana los pequeños traficantes de la zona se pusieron en alerta. Viernes 14 de febrero, día de San Valetín. No todo fueron veladas romáticas; también hubo gente que salió de fiesta y, muchos, a «trabajar» en uno de los negocios de la noche por excelencia: proporcionar sustancias estupefacientes a quienes quieran consumir. El bar de copas Maui Cocktail Club, en el número 91 de la calle Fernández de los Ríos, celebraba la fiesta de música electrónica «Toledo House Music» que, según el cartel promocional, duraba seis horas y media (de 23:00 a 5:30 horas), aunque más tarde de las siete de la madrugada aún seguía abierto. La entrada anticipada costaba 10 euros, 12 con «flyer» o 15 en puerta y la noche no se estaba dando nada mal. En el interior, al menos cinco individuos presuntamente ofrecían y proporcionaban sustancias estupefacientes a los asistentes a la fiesta de música electrónica. Principalmente cocaína, speed y pastillas de éxtasis.

No debían ser muy discretos ya que, según fuentes policiales, le ofrecieron a una joven que no consumía y corrió a advertirlo a un vehículo de Policía Nacional que patrullaba la calle Hilarión Eslava, esquina Fernández de los Ríos. Eran las 7:10 horas de la madrugada y aún dejaban entrar al Maui cobrando entrada porque cinco policías de paisano accedieron al interior (pagando 15 euros cada uno con derecho a una consumición) a corroborar la versión de la joven tras haber dado parte de la información el zeta que patrullaba la zona al Coordinador del Grupo de Atención al Ciudadano (G.A.C.). La «mala suerte» de los «camellos» fue que justo fueron a ofrecer droga a uno de los agentes. Leandro, un joven «camello» de 30 años, le dijo a un policía «¿Quieres pillar?», a lo que el agente contestó de forma negativa pero no identificándose como policía para continuar con el operativo de forma discreta. Leandro es vigilado sin percatarse de ello y otro de los agentes comprueban cómo una mujer se le acerca y le pregunta «¿20 euros como siempre?». Leandro le responde que sí y la joven se le acerca con 20 euros y le dice: «Dame lo mío». La chica le mete el billete en el bolsillo trasero del pantalón y él le coloca a ella una pastilla morada en la boca. La actitud del joven «camello» le delata y está subiendo y bajando las escaleras del local constantemente.

Por otra parte, el resto de agentes comprueba cómo los posteriormente detenidos Daniel, Gerson y José Eduardo, muestran también una actitud delatadora: se ven cada poco tiempo y tras hablar brevemente, vuelven a dispersarse y siguen tratando de captar posibles clientes por el local. A esas horas, la actitud de la gente ya es menos discreta y cualquier gesto para adquirir estupefacientes resulta más descarado y evidente. Tras proporcionar toda esta información al coordinador del G.A.C., éste organiza un dispositivo para realizar una inspección en el interior del local, esta vez ya con policías uniformados. Esto ocurre a las 8:10 horas de la mañana y pilla totalmente por sorpresa a los «camellos» que se encontraban en el interior, que aún no sabían que a quienes habían ofrecido «pillar» (estupefaciente) eran agentes. En el momento en el que ven el primer uniforme, los «menuderos» arrojaron el estupefaciente que tenían al suelo. Incluso Daniel trata de pedir ayuda a un agente de paisano. Tira una caja metálica al suelo y le dice al policía: «¡La lata! ¡Tírala para atrás!», momento en el que el agente saca su placa y se identifica como policía. Los agentes apartan del resto de los asistentes a los traficantes para su identificación y cacheo. Se trata de Daniel A. H., de 25 años y con domicilio en Huesca, que llevaba, según fuentes policiales, un gramo de cocaína y otro de marihuana; Michael I. V. P., ecuatoriano de 26 años, que llevaba ocho gramos de cocaína y otra sustancia; Leadro C. P., de 30 años con domicilio en Fuenlabrada, un gramo de coca; Gerson E. R. A., español de origen venezolano de 30 años, con seis bolsitas de speed y José Eduardo N. D, colombiano de 24 años.

Los cinco fueron detenidos y trasladados a la comisaría de Chamberí y una patrulla de Policía Municipal, informada por los nacionales, acudió a levantar un acta de inspección en el local, ya que había varias deficiencias.