Sucesos
«Juanín», a su ex mujer: «Tu familia va a pagar que te hayas ido con un payo»
Un policía local simuló que el detenido seguía en la vivienda mientras un coche patrulla le llevaba a comisaría.
Un policía local simuló que el detenido seguía en la vivienda mientras un coche patrulla le llevaba a comisaría.
«Juanín», el hombre que ha matado a sus dos cuñadas y ha herido a su suegra en Aranjuez porque su mujer había decidido abandonarle ya había planificado su venganza. Es más, lo había avisado. «Cele, tu familia va a pagar que te hayas ido con un payo», había advertido en repetidas ocasiones a su ex pareja. Nadie podía creer que finalmente cumpliera su amenaza y la emprendiera a tiros con una escopeta de caza, como finalmente hizo. Y más aprovechando que su ex mujer, con la que compartía cinco hijos, se había ido a la playa con la persona con la que había decidido rehacer su vida.
Juan Mendoza, o «Juanín», como le llamaban todos, esperó paciente el momento para culminar su plan. Vio la llegada de las hermanas de su mujer a casa de la madre en la calle Victoria Kamhi y, cuando salieron a la calle, sobre las diez de la noche del domingo, llevó a cabo su venganza. El hombre lo tenía «fácil» para seguir los movimientos de la familia de su ex mujer. El ahora detenido vivía en frente de su ex suegra, en casa de sus padres, donde se encontraba recluido. Estaba en busca y captura por la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, pero el juez aún no había emitido la orden que permitiera a la Policía entrar en la vivienda para proceder a la detención.
Quienes tuvieron un papel relevante en la detención de «Juanín» fueron dos policías locales, los primeros en llegar al escenario de la tragedia, que fueron los que lograron controlar la situación en medio de un ambiente caótico, de gritos y sollozos de viandantes y niños en estado de «shock», con una mujer muerta tendida en el suelo y dos heridas mientras «Juanín» seguía empuñando la escopeta con la mirada perdida detrás de una cortina del balcón de sus padres. Uno de los policías locales fue, precisamente, el que logró que el ahora detenido se entregara. El agente, apostado detrás de una columna gritó al ahora detenido desde la calle: «¡''Juanín''!, tira el arma, va a ser mejor por ti, por tu seguridad, quieren subir a matarte», le advirtió. Y es que otras personas de etnia gitana de distintas barriadas de Aranjuez acudieron al lugar de la tragedia profiriendo toda clase de amenazas contra el autor de los hechos. Pero Juanín sólo quería hablar con Charly, un agente con el que había tenido relación otras ocasiones por sus antecedentes con el tráfico de drogas. «¡Qué venga Charly!», exigía al agente desde el balcón de su casa a gritos. Sin embargo, el policía local fue lo suficientemente persuasivo para convencerle del plan que le sacaría de su refugio: él saldría al rellano de la escalera, dos policías saldrían a su encuentro y un coche patrulla vendría a recogerle para llevarle a comisaría y así evitaría la «venganza gitana». Y es lo que hizo «Juanín». Mientras, el agente de Policía fingió durante unos minutos una conversación desde la calle como si «Juanín» siguiera en el balcón apostado detrás de las cortinas, para evitar un linchamiento o, quien sabe, si consecuencias peores por parte de los gitanos concentrados en la barriada.
Ahora, Juan Mendoza, un conocido traficante de cocaína en la zona, tendrá que pagar por un asesinato doble. Porque además de su cuñada Liset Fernández, de 35 años, que murió prácticamente en el acto y fue enterrada ayer por la mañana, finalmente también ha fallecido la otra cuñada a la que había disparado la tarde del domingo: Montserrat Fernández, de 23 años. La joven sufría una herida muy grave en el abdomen y fue trasladada por sus propios familiares al Hospital del Tajo de Aranjuez pero, dado lo complicado de la lesión, una UVI del Summa realizó un traslado de madrugada al Hospital 12 de Octubre, donde a primera hora de la tarde de ayer falleció. En el mismo centro hospitalario permanece ingresada la madre de las dos fallecidas y de la ex mujer del presunto autor de los hechos, que sigue ingresada con una herida con arma de fuego en la rodilla izquierda, aunque no se teme por su vida.
Mientras, la ex mujer del presunto asesino, Celestina, continúa en «shock». «Dos hermanas muertas por los celos de tu marido es un trago fuerte», explicaba ayer una conocida de la familia, que insiste en la revolución que se ha formado en este barrio de Aranjuez. Como adelantaron algunas fuentes conocedoras del caso, las extensas familias enfrentadas se han jurado la muerte. O, concretamente, la familia de las fallecidas ha prometido vengar la muerte de Liset y Montse, del clan de «Los Pelofino». Gran parte de la familia del presunto asesino, la familia Mendoza conocida como «Los Nito», ya ha huido desterrada de la barriada de Aranjuez donde se produjeron los hechos por temor a represalias y tal y como marca la ley gitana. Por «respeto» al dolor de la familia de las fallecidas, la otra familia abandona el lugar.
A pesar de todo, fuentes policiales aseguran que siguen pendientes de posibles venganzas, sobre todo, desde que ayer se sumó otra muerte a su dolor. La joven, de 23 años, deja una niña de tres años y su hermana, de 35, tenía cinco hijos.
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