Restringido
La capital se entrega con pasión
Jesús el Pobre, la Macarena y el Divino Cautivo llenaron ayer de devoción las calles de Madrid en las procesiones con más fervor del Jueves Santo
Jesús el Pobre, la Macarena y el Divino Cautivo llenaron ayer de devoción las calles de Madrid en las procesiones con más fervor del Jueves Santo
Quien quiera conocer a fondo la Semana Santa madrileña no puede perderse las procesiones del Jueves Santo, cada una de una tradición: sevillana, malagueña o castellana, que hacen únicas la celebración de la pascua en la capital. En la tarde de ayer, tres cortejos llenaron de devoción las calles de Madrid con algunas de las estampas más espectaculares protagonizadas por los cofrades.
Desde la iglesia de San Pedro «el viejo», la Primitiva e Ilustre Hermandad de Jesús Nazareno «El Pobre» y María Santísima del Dulce Nombre en su Soledad desfiló a partir de las siete de la tarde los dos pasos con más fieles en la capital por detrás de Jesús de Medinaceli. Con más de 1.800 miembros, la hermandad es una de las más multidinarias que salen a procesionar en la capital y la salida de las tallas es, sin duda, la más espectacular de toda la Semana Santa.
Y es que los dos pasos de esta procesión «a la malagüeña» –las figuras van sobre un trono que se porta con andas, en lugar de a costal–, apenas caben por el dintel del templo, lo que obliga a los anderos a salir de cuclillas, en el caso de Jesús el Pobre, y de rodillas, para sacar a procesionar a María Santísima del Dulce Nombre. Pese a los centenares de personas que se agolpan en la calle del Nuncio para presenciar la salida de las tallas, el silencio cuando el capataz da la orden de agacharse es abrumador, al igual que estruendoso es el aplauso cuando hacen la primera levantá.
Desde la hora de comer hay devotos ocupando un sitio tras las vallas para no perderse el gran momento, que muchos presencian con lágrimas en los ojos, seguido del «baile» que los anderos hacen a las tallas. Este año, tanto el Jesús cautivo como la Virgen estrenaban piezas donadas por la hermandad. Nuevas andas reforzadas con barras de hierro por dentro para el Pobre y nueva candelería de plata, 55 candelabros, para María Santísima.
Apenas a unas manzanas de distancia, en la Real Colegiata de San Isidro, la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos, sacaban a procesionar a de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena. De tradición sevillana, la hermandad fue formada por los inmigrantes sevillanos que en los años 40 se trasladaron a la capital para trabajar. Así, en 1946 salieron por primera vez en cortejo con las tallas que portan costaleros, con quienes el capataz reza un sentido padrenuestro antes de salir. La Virgen es una réplica exacta de la Macarena sevillana y junto a las saetas los devotos le gritan «guapa» a cada tramo del recorrido.
A diferencia de Jesús el Pobre, la procesión de la Macarena es tan emotiva como alegre, ya que se celebra su paso y el de Jesús del Gran Poder con vítores, acompañados por la banda de música Asociación Musical Amigos de la Música de Herrera (Sevilla). Aunque este año no se cruzan, es habitual que los devotos de ambas procesiones recorran la pequeña distancia que separa los itinerarios de los dos cortejos para contemplar el paso de ambos desfiles.
Mientras tanto, en el barrio de Salamanca, la Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Divino Cautivo partió del Colegio Calasancio para iniciar la primera de las dos procesiones que realizan durante la Semana Santa, siendo la única cofradía que pasea la talla de Jesús cautivo de Mariano Benlliure durante dos días consecutivos. Así, la diferencia entre los cortejos del Jueves y el Viernes Santo es tanto la banda de música, de Chichón el primer día y de Parla el segundo, como el punto de partida y el itinerario de la procesión. Ayer, el Divino Cautivo recorrió las calles del barrio de Salamanca partiendo desde la sede de la hermandad en el Colegio Calasancio en la calle General Díaz Porlier. Hoy el desfile se inicia en la Iglesia de la Santa Cruz en la plaza de la Provincia y el cortejo se desplaza por las calles del centro de Madrid cruzando la plaza Mayor.
Pero estas no son las únicas procesiones que ayer llenaron Madrid de devoción. A última hora de la noche se celebró el Vía Crucis Procesional en Carabanchel con las tallas del Santísimo Cristo de la Misericordia y el Perdón, organizado por la Hermandad de Santiago Apóstol, que recorre el casco antiguo de Carabanchel desde la plaza de la Parroquia. Asimismo, también desde el centro histórico pero del distrito de Villaverde de la parroquia de San Andrés Apostol partieron las imágenes de Jesús Amarrado a la Columna, Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad, en una procesión organizada por la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santísima Virgen de la Soledad.
Y hoy, se espera a más de 800.000 personas para la procesión más seguida de la capital: Jesús de Medinaceli. Sin olvidar al Cristo de los Alabarderos o las dos procesiones del Silencio, una en el centro y otra en Carabanchel.