Política

Andalucía

La farsa de la desnutrición

Los pediatras dan la razón a Sanidad y niegan que haya un problema alimentario en la población infantil

Ignacio González, ayer, durante su visita al Hospital Niño Jesús
Ignacio González, ayer, durante su visita al Hospital Niño Jesúslarazon

Fue en 2013 cuando en Cataluña y en Andalucía saltaron las alarmas: la crisis estaba afectado a la alimentación de los menores. En la primera, el Defensor del Pueblo alertó de que unos 50.000 niños sufrían malnutrición y 750, desnutrición. La Consejería de Sanidad catalana atendió 660 casos de falta de alimentación infantil relacionados con la pobreza. En Andalucía, la Junta se vio obligada a repartir bolsas de comida para garantizar la alimentación de los menores después de que se conociera que seis de cada cien –es decir, 98.636 niños– estaban en riesgo de exclusión social por rozar la extrema pobreza. Cuando los índices de peligro de malnutrición saltaron en Canarias y Extre-madura, el Cabildo y la Junta también tomaron medidas para garantizar la alimentación de los pequeños. Sin embargo, en el caso de Madrid, en lo que va de año sólo se habrían detectado dos casos de niños con problemas de nutrición, en Alcorcón. Los menores fueron atendidos por su centro educativo público y por los Servicios Sociales del municipio.

El presidente regional, Ignacio González, aseguró ayer que, aunque ha podido darse «algún caso puntual», en Madrid «no hay problemas de desnutrición infantil». Y así lo constata, según aseveraron fuentes de Sanidad a este periódico, el hecho de que «no ha saltado la alarma» del sistema de control que existe en todos los centros de salud y hospitales de la región, desplegado por los pediatras, que permite vigilar que la nutrición y el desarrollo de todos los niños es el adecuado. En Sanidad niegan un problema importante de malnutrición entre los niños.

Estos protocolos de control de la desnutrición infantil tienen su principal examen precisamente en la consulta del pediatra. «Somos muy exhaustivos con los niños desde que nacen hasta los 14 años. Y sin embargo, yo nunca he detectado ningún problema de desnutrición. Yo hablo con mis compañeros y no lo vemos. Y somos el filtro preventivo más importante», subraya Pilar Belmonte, pediatra del centro de salud en Getafe.

Sin embargo, la oposición en la Asamblea está empeñada en lo contrario. Los tres grupos se han propuesto trasladar el problema catalán o andaluz a Madrid para convertir el Pleno de esta tarde prácticamente en un monográfico sobre la nutrición o, en sus palabras, la «malnutrición e incluso desnutrición» de los niños madrileños. Así, IU pedirá que se tomen medidas contra el cierre de los comedores de los colegios en verano para que den de comer a los niños; UPyD presentará una proposición no de ley para que se elabore un plan de «lucha contra la malnutrición infantil» y el PSOE pedirá más ayudas para el comedor, al asegurar que un 22% de los niños está en riesgo de pobreza.

«Nos gustaría que cuando los políticos aseguran que uno de cada cinco niños está en riesgo de desnutrición dijera de dónde salen esas cifras», sostiene la pediatra Pilar Belmonte que, frente al diagnóstico de los grupos de izquierda, sí detecta en su día a día muchos casos de niños con problemas de obesidad. Al margen del control rutinario en la consulta, los pediatras también participan en talleres en los colegios –en los que insisten, por ejemplo, en la importancia de un desayuno saludable– y con mujeres embarazadas.

Por ello, según declaró ayer González, la posibilidad de abrir comedores de los centros de Primaria e Infantil depende de los ayuntamientos, y, aunque no está totalmente descartado puesto «que siempre se actúa en función de las necesidades», según declararon fuentes del Ayuntamiento de Madrid, por el momento no se contempla. No obstante, en ambas administraciones aseguran que existen diferentes programas de atención a familias con necesidades, desde becas de comedor, alertas sanitarias o ayudas económicas, como la Renta Mínima de Reinserción, que atiende a familias en las que no existen ingresos. Una política que, de hecho se ha seguido en Andalucía, donde este año han cambiado el reparto de bolsas con dos comidas que se daba en los comedores de los colegios por ayudas directas a las familias necesitadas.