Comunidad de Madrid

La guerra de familias que dinamitó el bastión de IU

De «heredero natural» del alcalde Masa, Del Cura ha conseguido en apenas unos meses quebrar la unión de la formación en Rivas

La Razón
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Para entender la polémica abierta dentro de Izquierda Unida de Rivas Vaciamadrid habría que remontarse a los prolegómenos del año 2003. Por aquel entonces, el alcalde del municipio, José Masa, se encontraba en la cresta de la ola de su formación dominando el municipio que hoy es el más poblado de cuantos gobierna su partido en España. Masa se fijó entonces en un joven procedente de la cantera de IU y cuya proyección en la formación apuntaba alto, Pedro del Cura. Fue así como este último entró en el equipo de Gobierno de Masa ocupando la Concejalía de Infancia y Juventud. Del Cura gozaba de gran popularidad entre los jóvenes del partido, siendo un líder natural entre ellos, y con especial influencia entre el sector ecologista-verde. Con el paso del tiempo, el concejal fue ganando poder dentro del consistorio ripense hasta el punto de que muchos dentro de la organización le consideraban «el heredero natural de Masa». Así, Del Cura tenía el camino abierto para dirigir la institución más importante de las que controla IU en todo el país.

Sin embargo, y según fuentes del entorno, el ansia de poder de Del Cura fue más fuerte que su paciencia para hacerse con los puestos más destacables dentro del Ayuntamiento.

Del Cura se sentía apoyado por los sectores más radicales del partido, entre los que se encuentran grupos de contrainformación y cercanos a movimientos antisistema, y comenzó a deslizar la idea de que las políticas aplicadas por Masa estaban lejos del ideal que, según él, debía defender Izquierda Unida. Masa, más moderado en sus ideas, no supo dominar dichos movimientos y dejó a su concejal la puerta abierta para presentar su candidatura a derrocarle.

El pasado mes de noviembre, cuando la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid publicó un informe en el que, entre otras muchas irregularidades, denunciaba un desfase de más de 20 millones de euros en la Empresa Municipal de la Vivienda de Rivas, Del Cura vio su gran oportunidad para declarar la guerra abierta a su «jefe».

El informe achacaba dichos errores en las cuentas al periodo comprendido entre 2009 y 2011, y Del Cura se erigió inmediatamente como el portavoz de quienes exigían transparencia en este sentido. El Ayuntamiento abrió una comisión de investigación, cuyas conclusiones aún no se conocen, y Masa votó junto al PP varias de las medidas para crearla y desarrollarla, lo que dio al concejal un argumento para defender ante los suyos que el alcalde no estaba del lado de su grupo.

Del Cura sabe que cuenta con el apoyo de la mayoría de las bases de su partido por varias razones. En primer lugar, uno de sus máximos colaboradores es el concejal ripense Manu Castro, uno de los líderes del PCE en el municipio. Este sector de Izquierda Unida fue el primero que exigió la dimisión de Fausto Fernández, mano derecha de José Masa, tras la publicación del informe sobre la EMV. Fernández era el presidente de la empresa. Castro, que controla una de las facciones más importantes de la organización, fue protagonista de una polémica después de que se le retirara el carné de conducir al sobrepasar ampliamente la tasa de alcoholemia. Semanas después de que se le quitara la licencia, Castro fue descubierto por la Policía Municipal conduciendo en el municipio, por lo que le impusieron la correspondiente sanción y se tuvo que enfrentar a un juicio. Actualmente, es concejal en el pleno municipal y vocal en tres áreas del Ayuntamiento.

Pero el apoyo más importante con el que cuenta Pedro del Cura probablemente sea el de Tania Sánchez. Esta diputada de la Asamblea de Madrid es una mujer inteligente y culta que se ha ganado un gran respeto entre sus compañeros de partido. En los pasillos de la Cámara regional y de Rivas se la considera como la persona que «mueve los hilos» dentro del sector de Pedro del Cura. Sánchez ha protagonizado encierros en contra de la privatización sanitaria en los que se enfrentó a la Policía y fue identificada por ello. Llegó a la política por su carisma y capacidad de movilizar a gente pero también como una tradición familiar. Su padre, Raúl Sánchez, es una «de las caras más conocidas» en el ámbito de IU Rivas, tal y como anuncian en su página web. Entre los que se mueven a diario en la política ripense se le conoce como «el dietas» ya que, sin tener un sueldo fijo asignado, «cobra lo mismo o más que el alcalde» en estos conceptos. Raúl Sánchez también es uno de los pesos pesados en el sector de Del Cura.

Entre este bando también se encuentra la concejala Sira Rego. Con gran popularidad entre las bases, Rego, que lidera sectores republicanos y ecologistas, cobra todos los meses por dos conceptos diferentes en el Ayuntamiento, tal y como ella misma reconoce en la página del partido.

Todos ellos, y muchos otros, han cerrado filas ante su número uno, Pedro del Cura, después de que LA RAZÓN desvelara que este concejal y su familia poseen seis pisos de protección oficial, que dos de ellos son áticos dúplex unidos ilegalmente, que una parte del mismo está dividida irregularmente al alquiler y que no se han abonado los correspondientes impuestos para todo este proceso.

Tras la publicación de esos documentos, Del Cura decidió lanzar el órdago definitivo a la dirección de Rivas y convocó un referéndum entre la militancia para reprobar a su alcalde. La votación sirvió, además de para comprobar que la mayoría de las bases apoyan a Del Cura, para dejar claros los apoyos de los que dispone el alcalde, José Masa.

Fausto Fernández es el primero de ellos. El histórico dirigente de IU es el número dos actualmente en el consistorio y, en la última reforma de Gobierno llevada a cabo por Masa, ha recibido los cargos que antes ostentaba Pedro del Cura en un evidente mensaje personal. Involucrado en la polémica de la EMV, Fernández se ha mantenido fiel a Masa y entre ambos han logrado que Gregorio Gordo, coordinador general de IU de Madrid, y la dirección regional hayan mostrado su apoyo a su sector.

Yaiza García, portavoz adjunta y tercera teniente alcalde, también se mantiene en el bando de quien la ascendió hasta el Gobierno del municipio. García recibe más de 55.000 euros anuales (casi 4.000 mensuales) y dispone de una casa de más de 200 metros cuadrados con jardín, según ella misma declara, y ha decidido mantenerse entre quienes aún regentan el poder en Rivas. Otro de los apoyos con los que cuenta Masa es el de Mari Luz Matas, responsable de Cooperación y Participación tras la última reforma de Gobierno de Masa. Como teniente alcalde que ya era, Matas está igual de bien remunerada en el Ayuntamiento de Rivas que su compañera Yaiza.