Patrimonio

La «usurpación» de la Nave Daóiz y Velarde

El PP denuncia que el concejal Nacho Murgui se ha apropiado del centro municipal para su provecho «personal y político»

Familias enteras se concentran en las inmediaciones del centro cultural Daóiz y Velarde, del que sólo pueden disfrutar los sábados por la tarde
Familias enteras se concentran en las inmediaciones del centro cultural Daóiz y Velarde, del que sólo pueden disfrutar los sábados por la tardelarazon

El PP denuncia que el concejal Nacho Murgui se ha apropiado del centro municipal para su provecho «personal y político»

Sigue sin llegar el día en que los vecinos del barrio de Pacífico, en el Distrito de Retiro, vean el vacío de la Nave-Teatro Daóiz y Velarde colmado de arte y vida, de actividades relacionadas con los niños y la familia para lo que fue creado. Y es que, pese a que este espacio situado en el número 162 de la Avenida de la Ciudad de Barcelona fue inaugurado en febrero de 2015 en un acto que algunos tacharon de «electoralista» por ser sólo unos meses antes de la última cita con las urnasy porque aún quedaban por terminar algunas salas, hoy, con un nuevo Gobierno municipal al mando, sigue pareciéndose más a un almacén industrial.

La lucha es antigua, pues, desde 1998 –año en el que vio la luz el proyecto municipal para reinventar el antiguo complejo militar que aquí se emplazaba–, los madrileños tuvieron que esperar ocho años para que se pusieran en marcha las obras de rehabilitación de esta nave, siete para que éstas finalizaran y otros dos para ver alguna actividad programada. Pero para colmo y desesperación de los vecinos, tras aquella exposición que sirvió de ceremonia inaugural a la ejecutiva de Ana Botella, poco más ha pasado en la Nave-Teatro Daóiz y Velarde; y lo peor, según denuncia el PP de Madrid, «el delegado del Área de Gobierno de Coordinación Territorial, Nacho Murgui, dedica el Daóiz y Velarde, que costó 14 millones de euros, a actividades de la asociación vecinal de la que fue responsable, a actos políticos de Podemos y a reuniones de su junta municipal».

En un último intento por reanimar este pabellón, aún en época del PP, el Ayuntamiento aprobó en abril de 2015 la adscripción del centro cultural a la empresa pública Madrid Destino «con el fin de poner en marcha una programación destinada al público infantil y familiar» –según informan fuentes del partido–. Sin embargo, desde el mostrador de la Junta del Distrito de Retiro, hoy, la competencia sobre este espacio cultural parece no estar aún bien definida, incluso, llegan a dudar si es la Comunidad la responsable de la nave.

La misma falta de concreción recibirá el ciudadano que acuda a esta oficina en busca del proyecto de actividades del centro cultural: «La programación es abstracta», remata una de las funcionarias un tanto ofuscada ante las preguntas y, también, desencantada como vecina con la utilidad que se le está dando al recinto. Ya en el pabellón en cuestión, una de las encargadas de la seguridad de la nave, igual de confusa, confirma la existencia de cierto «caos técnico» en el funcionamiento del espacio, pues, según dice, Madrid Destino lleva gestionando el lugar apenas tres días.

Además, desde el PP de Madrid argumentan la «okupación» del espacio por parte de Murgui con quejas ciudadanas: «Los vecinos denuncian que el segundo teniente de alcalde ha autorizado eventos en el interior del centro en los que se ha hecho “botellón” y se ha fumado marihuana». Ciertamente, la única actividad fija programada es «La tarde más joven», con actuaciones de disckjokeys todos los sábados.

Por si fuera poco, además de todo esto, el partido de la oposición acusa al equipo de gobierno actual de no haber invertido ni un solo euro de los 865.480 previstos en abril de 2015. Es decir, que además de muerta en esencia, la Nave- está herida en la forma: «Las paredes de las salas culturales presentan boquetes y suciedad de origen desconocido, los cristales de la cubierta estallan sin que aún se haya resuelto la causa y hay denuncias de ratas en los sótanos», comunican los populares.