Violencia callejera

Las cámaras del Metro de Madrid captan una brutal agresión con arma blanca

Un joven acompañado por una mujer saca un arma blanca de pequeñas dimensiones y asesta hasta tres navajazos a su víctima

Fotógrama del momento en que el agresor apuñala a la víctima. (Vídeo de «Espejo Público»)
Fotógrama del momento en que el agresor apuñala a la víctima. (Vídeo de «Espejo Público»)larazon

Estas imágenes están grabadas el pasado día 2 de enero en la estación del Metro de Madrid de Sierra de Guadalupe, en la línea 1. A través de las cuatro cámaras de vigilancia se puede ver una brutal agresión.

Las versiones de los tres protagonistas son contradictorias, pero las imágenes hablan por sí solas. No está claro qué desata la violenta reacción del agresor, pero no pudo ser una intensa discusión porque la gente que pasa por su lado ni les mira.

Repentinamente, tras levantarse del asiento como un resorte, el joven que está acompañado por su mujer saca un arma blanca de pequeñas dimensiones y asesta, uno, dos y hasta tres navajazos a su víctima.

Nadie hace nada para remediarlo. No se aprecia ningún arma en la mano de la víctima, ni tampoco movimientos de defensa con navaja. La víctima, malherida, huye. Sube todo lo rápido que puede las escaleras que le conducen al vestíbulo.

Mientras, el agresor titubea unos segundos en el andén y decide seguirle. En las imágenes puede verse cómo guarda, justo en este momento, el arma. La esconde bajo su ropa y continúa la persecución.

En las imágenes grabadas por la cámara de vigilancia observamos cómo el agresor sale del metro; a poca distancia, le sigue su pareja que aplica la lógica y no salta el torno, usa la salida. Va sangrando. Tiene un corte en la mano, quizás por eso o la espera de su novia se retrasa, tal y como capta la cámara del vestíbulo. El mismo vestíbulo que paradójicamente tan sólo unos minutos antes de la agresión recorrían estos agentes de la policía nacional.

Varios minutos después la pareja regresa a la misma estación de metro. El agresor pega una patada a un objeto en el suelo, q bien pudiera ser el móvil de la víctima, con el q le veíamos entrar en la mano. Transcurridos unos minutos más como si nada hubiera pasado, como si no hubiera sido el autor de estas tres puñaladas, cogen el metro y se marchan.