Historia

Madrid

Los 100.000 hombres de Millán Astray

La Razón
La RazónLa Razón

En 1920 un joven teniente coronel, Pepe Millán-Astray, fundó una fuerza militar cuya principal finalidad era evitar que miles de jóvenes españoles muriesen en la guerra injusta de Marruecos. En sus filas soldados de fortuna, hombres con su vida rota, anarquistas y comunistas españoles y portugueses, mendigos y pobres de solemnidad encontraron una vía de recuperar su vida, su autoestima y servir a la sociedad española. El pueblo de Madrid, las muchas madres e hijos que no pasaron por el calvario de una guerra terrible en el Protectorado marroquí le homenajearon con una humilde calle en uno de los barrios obreros más pobres de la ciudad.

Millán-Astray, igual que el ahora popular Blas de Lezo, era un medio hombre, sin ojo, sin brazo, con la mandíbula astillada y su cuerpo repleto de metralla. Este héroe, dentro de cualquier parámetro con el que se quiera medir su obra y su vida, va a perder el único homenaje que los miles de hombres que gracias a él no murieron en Marruecos le pudieron rendir.

Desde hace casi cien años La Legión Española, cientos de miles de legionarios, han marchado a la guerra (Marruecos, Asturias, Guerra Civil, II Guerra Mundial, Sidi-Ifni y ahora a las Misiones Internacionales) con una sonrisa de desprecio en los labios a la amenaza cierta de una posible muerte en combate, y siguen marchando con el mismo espíritu que le imprimió Millán-Astray.

Ahora, una alcaldesa comunista, de dudoso pasado y poco claro presente, va a quitar su calle. Cuando empezó nuestra trágica guerra civil Millán-Astray estaba con su mujer trabajando en América. Desde allí vino a España, como hicieron españoles de toda condición, a unir su esfuerzo a uno de los dos bandos enfrentados. Por su edad y mutilaciones no pudo combatir ni desempeñar un papel relevante. Carmena le quiere quitar de la Historia en el callejero. Quiere sustituir su nombre por calle de La Inteligencia, en clara referencia al rector de la Universidad de Salamanca, Unamuno, como consecuencia de un intercambio de frases con el legionario el 12 de octubre de 1936 durante acto político de los sublevados. No sabe que Unamuno, perseguido por la República, fue el primer salmantino que públicamente se puso a favor del alzamiento militar el mismo 18 de julio. Ahí están la bibliografía y las hemerotecas. Y, al igual que intelectuales como Ortega y Marañón, eligió el bando liderado por Franco.

Se han manifestado en la Plaza Mayor los antiguos legionarios. Son un colectivo de más de cien mil hombres, y ahora mujeres, que saben perfectamente quién es Millán Astray y lo que los españoles, todos, le debemos. Como escribió un centurión romano hace 2000 años ¡Cuidado con la ira de las legiones!

* Historiador. Autor de la obra «Millán Astray: Legionario»