Desapariciones

Los agentes piden «cautela» en el caso de María Piedad

La Guardia Civil buscará nuevas pistas bajo el suelo del supermercado en el que trabajaban la joven y el sospechoso.

Familiares y amigos se concentran cada año frente al ayuntamiento de Boadilla del Monte para evitar que el caso quede en el olvido
Familiares y amigos se concentran cada año frente al ayuntamiento de Boadilla del Monte para evitar que el caso quede en el olvidolarazon

La Guardia Civil buscará nuevas pistas bajo el suelo del supermercado en el que trabajaban la joven y el sospechoso.

Los agentes no confían en que el último fleco sin resolver de la investigación policial ayude a aclarar cómo fueron las últimas horas de María Piedad. El jefe de Judicial e Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, Julio César Martín, aseguró ayer que el equipo al cargo del caso no espera encontrar el cuerpo de la joven desaparecida bajo el suelo del supermercado de Boadilla del Monte en el que estuvo trabajando su ex pareja y presunto asesino, Javier Sánchez Toledo, el día después de que se perdiera su pista en diciembre de 2010. «Es una diligencia que ordena el Juzgado, pero no tenemos ni esperanza, ni hipótesis ni creencia de que allí fuera la desaparición forzada y el homicidio», añadió. El mando pidió también «cautela» ante esta nueva vía que se abre en la investigación. Además, Martín no quiso dar detalles sobre cuándo levantarán las baldosas del establecimiento en el que trabajaban la desaparecida y el principal sospechoso «para hacer las cosas con tranquilidad». En su momento, los agentes ya inspeccionaron las cámaras de seguridad del supermercado y los conductos de ventilación, pero nunca se llegaron a levantar las baldosas que había arreglado la ex pareja y padre del segundo hijo de María Piedad el día después de su desaparición. Javier Sánchez Toledo era el encargado de mantenimiento del Mercadona de Boadilla del Monte, pero ningún mando le ordenó realizar trabajos en las instalaciones ese día.

Sánchez Toledo siempre fue el principal sospechoso de la desaparición de María Piedad, pero el hallazgo de su cadáver ahorcado en una torre de alta tensión de San Lorenzo del Escorial dificultó el curso de la investigación. El hombre no llegó a prestar declaración, y tampoco dejó indicios que ayudaran a aclarar qué había pasado desde que sus familiares dejaron de tener noticias de María Piedad. Desde hace siete años y dos meses, la investigación de los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional ha sido constante. Hasta ahora, el único rastro de ADN de María Piedad se encontró pocos días después de su desaparición. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) y la unidad canina rastrearon los márgenes del río Guadarrama aprovechando su cauce, y fue allí donde encontraron restos de sangre de la víctima.

Aunque el caso estaba oficialmente cerrado, los investigadores de SOS Desaparecidos no han dejado de buscar a María Piedad. Su trabajo se ha traducido en la presentación de un sumario de casi mil folios en el que los portavoces solicitaban la apertura de dieciséis nuevas diligencias. El Juzgado de Instrucción número cinco de Móstoles le dio el visto bueno a una de ellas, la más importante: el levantamiento del suelo del supermercado. Entre tanto, sus vecinos se siguen concentrando en su recuerdo cada 11 de diciembre en la plaza de la Cruz, a escasos metros del domicilio donde Toñi Revuelta reside con sus nietos.