Comunidad de Madrid

Los críticos del PSOE-M calientan el congreso regional

Exigen responsabilidades de los resultados del 20-D en la Comunidad a la Ejecutiva madrileña que avaló Sánchez en verano. Los barones piden abrir un «periodo de reflexión»

Los buenos socialistas
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Exigen responsabilidades de los resultados del 20-D en la Comunidad a la Ejecutiva madrileña que avaló Sánchez en verano. Los barones piden abrir un «periodo de reflexión»

Lo veían venir pero no pudieron hacer nada para evitarlo. Dos días después de su mayor derrota en la Comunidad de Madrid, la Ejecutiva regional se reúne esta tarde para evaluar los daños de la última batalla. Y son muchos, lo que ha provocado que ya comiencen a surgir las primeras críticas a la actual directiva nombrada al dictado de Pedro Sánchez con agosto a las puertas y que sólo recibió el 55% de los apoyos de sus propios militantes para ponerse a trabajar. Tras el batacazo de mayo, que ahora se ha quedado corto, ya hay en la convulsa federación socialista –recién rebautizada como PSOE-M– quien se pregunta por qué no se aprovechó la destitución del ex secretario general, Tomás Gómez, para abordar el verdadero cambio que precisa la formación para volver a convertirse en el referente de la izquierda que ya ha perdido en manos de Podemos. Han tenido que pasar las elecciones y hundirse el socialismo en Madrid para que ahora se cuestione la composición de la lista al Congreso, «con mucho paracaidista y poco militante madrileño», se quejaban ayer algunos de ellos en declaraciones a este diario. El congreso regional está a la vuelta de la esquina y, como siempre, amenaza con ser convulso. Antes de arreglar lo orgánico, eso sí, los de Sara Hernández (la discípula de la directiva de Ferraz que capitanea la federación desde hace menos de medio año) tendrán que decidir si entran en el Gobierno municipal de Manuela Carmena –visto que no han obtenido rédito electoral alguno, sino más bien al contrario, de su apoyo de investidura a Ahora Madrid– e idear un plan para dar mayor visibilidad al trabajo de Ángel Gabilondo, el candidato que les permitió en las pasadas autonómicas mantenerse como segunda fuerza en un momento en que las dos fuerzas emergentes le han adelantado.

Una reunión que mantendrá la Ejecutiva socialista madrileña esta tarde puede cambiar de nuevo el rumbo de una federación que ha pasado tras la última cita electoral a ocupar la cuarta plaza detrás de Podemos y Ciudadanos. El partido que dirige desde julio la alcaldesa de Getafenunca ha sido una nave estable, pero desde el domingo, tras hacerse con apenas seis diputados por esta circunscripción, hace agua. Los madrileños han decidido que el PSOE-M ya no es su referencia en la izquierda ideológica y 235.000 ciudadanos decidieron el 20-D, una cita que ella misma bautizó recientemente como «las elecciones más importantes de nuestra historia reciente», que no son la mejor opción. Por eso, tras el cónclave que reunirá al equipo de Pedro Sánchez en Ferraz, llegará el turno de Hernández. Muchos exigen ya al líder del PSOE-M responsabilidades. Ella, por lo pronto, quiere sentarse a analizar unos resultados electorales que especialmente han dado la espalda en su localidad. En Getafe, populares y podemitas se repartieron el 50% de los sufragios apeando al PSOE de la segunda a la tercera posición con el 22,6% de los votos. Con respecto a las generales de 2011, cuando el histórico Pedro Castro acababa de perder la alcaldía para los socialistas, Hernández ha caído en 6.600 votos. Tampoco les han ido bien a sus regidores en Alcalá o Móstoles, que también son vicesecretarios generales de la Ejecutiva del PSOE-M. En el segundo municipio de la Comunidad han perdido 7.128 votos a pesar de que, desde junio, su alcaldía está dirigida por el socialista David Lucas. En Alcalá de Henares, más de lo mismo: Javier Rodríguez Palacios aguanta como segunda fuerza, pero también se hunde con 6.353 votos menos que hace cuatro años. Sólo se mantienen como partido más votado en nueve de los 179 municipios y, en lo que respecta a los distritos de la capital, Villaverde es la única «aldea gala» que en este momento tiñe de rojo un mapa mayoritariamente azul con algunas manchas moradas. Y en medio de este escenario, el alcalde de Fuenlabrada y presidente del PSOE-M, Manuel Robles –el único que ha logrado mantener a los socialistas como fuerza más votada en los grandes municipios, aunque ha perdido 5.800 votos respecto a 2011– llamó ayer a «abrir un periodo de reflexión» en su federación. Quiere el regidor que el PSOE vuelva a ser «el partido mayoritario de la izquierda en Madrid» y en su análisis de los resultados aseguró, en declaraciones recogidas por Ep, que «Podemos ha tirado de la derecha para sacar sus votos». Una lectura que no comparten gran parte de sus compañeros, que, sin embargo, también apostaron por la opción que les llevaría a replantearse su futuro. Y es que «reflexión» fue la palabra que más repiten tras las elecciones los principales dirigentes socialistas madrileños. A reflexionar apeló el diputado y reciente ex líder de la gestora que Ferraz montó en el PSM tras fulminar a Tomás Gómez de la secretaría general de esta federación, Rafael Simancas. El ex presidente regional Joaquín Leguina fue incluso más allá al apuntar precisamente a este, y a la Ejecutiva que surgió de su última etapa –la liderada por la regidora de Getafe–, como el principal causante de los resultados que ahora cosecha su partido en la región. «Se saltaron los estatutos del partido, echaron al secretario general de mala manera. La Ejecutiva de Madrid se tiene que ir ya. Pedro Sánchez se tiene que ir ya y hay que refundar este partido», aseguró en declaraciones a Telemadrid. Directamente a la yugular de su «lideresa» se dirigió el ex portavoz en el Ayuntamiento de Madrid. Antonio Miguel Carmona aseguró que «la actual dirección del PSOE-M ha convertido al socialismo madrileño en irrelevante» y llamó a «devolver en Madrid el partido a sus militantes». «Aquellos que no asuman hoy sus responsabilidades no podrán presentarse a la reválida mañana», añadió el concejal en la capital que afirmó sentirse «decepcionado» y alertó a sus compañeros de que «o los dirigentes madrileños asumen sus responsabilidades o nos quedamos sin militancia».