Adiós a seis décadas del Colegio Alemán en Madrid

Asociaciones a favor del patrimonio habían pedido al anterior Ayuntamiento la protección del edificio, que data de 1961

Hace 58 años, la Avenida de Concha Espina inauguró la nueva sede del Colegio Alemán. Una obra arquitectónica de estilo contemporáneo y, como no podía ser de otra forma, de aires netamente germanos. No en vano, arquitectos reconocidos en ese país, como Alois Giefer y Hermann Mäckler, y el director del proyecto, Willi Schoebel, estuvieron involucrados en su ejecución. Era la segunda vez que el colegio se inauguraba: a finales del XIX se encontraba en la calle Fortuny. A lo largo de más de 120 años de vida, se acabó convirtiendo en el colegio alemán más grande de Europa. Sin embargo, todavía viviría una nueva reencarnación. A principios de esta década, el Gobierno alemán puso en venta el solar de Concha Espina. Así, el nuevo centro fue abierto en Montecarmelo, después de la cesión de los terrenos por parte de la Comunidad de Madrid y por un periodo de 75 años. La Orden Hospitalaria San Juan de Dios compró el edificio con el objetivo de impartir enseñanzas universitarias como Enfermería, una tarea que se lleva a cabo en el Hospital San Rafael.

Ayer comenzaron las labores de demolición. Así lo advirtió en su web la asociación Madrid Cultura y Patrimonio (MCyP). Según detalla a LA RAZÓN su presidenta, Amparo Berlinches, «se trata de un edificio no catalogado», como ocurre con muchos conjuntos arquitectónicos de la capital que no están recogidos en el catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de 1997. De hecho, el antiguo Colegio Alemán es uno de los edificios que MCyP instó al anterior Ayuntamiento a proteger “con carácter de urgencia”, ya que pedían al Consistorio la redacción de un nuevo catálogo de bienes a proteger.

La asociación recuerda que este edificio se recogió en el catálogo de la exposición itinerante “Arquitectura alemana hoy” y que fue publicado en el número 35 de la revista “Arquitectura” y en la “Guía del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid”. Esta publicación, recuerda MCyP, es utilizada habitualmente por la Dirección General de Patrimonio Cultural como un “catálogo no oficial de aquellos edificios que merecen ser protegidos”.

“Este nuevo derribo supone una nueva pérdida irreparable para la arquitectura contemporánea de la capital, que hace muy poco sufrió la desaparición del Colegio Hispano-Mexicano de la Ciudad Universitaria”, afirman en MCyP. De hecho, esta última obra también fue supervisada por Willi Schoebel.