San Petersburgo
Madrid,en la cima del podio 2020
La candidatura de Madrid 2020 quiso hoy espantar el fantasma de que la crisis económica española puede poner en peligro la posibilidad de albergar unos Juegos Olímpicos y dejó claro que el evento está asegurado a nivel financiero.
En las últimas etapas de la carrera olímpica, la candidatura madrileña ha vuelto a demostrar que está a la cabeza de las tres aspirantes a organizar los Juegos de 2020. En su presentación ante la Asamblea de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) en Lausana, Madrid 2020 ha presentado las últimas cifras que terminan de disipar las dudas sobre la estabilidad económica española y su capacidad financiera para celebrar las competiciones, en la semana en la que el Congreso de los Diputados ha aprobado la ley antidopaje, que cumple con todas las exigencias de la Agencia Mundial Antidopaje.
Además, a la fiabilidad de la candidatura española, se suma el hecho de que sus rivales no llegan a brillar del mismo modo. Mientras Tokio intentó suplir con fortaleza económica lo que le falta en pasión e infraestructuras terminadas, Estambul no tuvo más remedio que justificar las revueltas que están dañando sobremanera la imagen de la candidatura turca. En su presentación, el presidente del Comité Olímpico turco, Ugur Erdener, trató de maquillar las protestas como un paso más en el camino a una democracia plena.
Sin embargo, la que fuese la opción más exótica y llamativa de las tres competidoras se ha transformado en apenas unas semanas en la oveja negra. Según ha podido saber este periódico, mientras que en la feria mundial del deporte que tuvo lugar en San Petersburgo a finales de mayo nadie comentaba la situación social turca, en Lausana está en boca de todos. De hecho, la delegación turca ha permanecido más tiempo reunida que haciendo «lobby» los días previos a su presentación.
La introversión turca tiene otro motivo que se añade a los violentos enfrentamientos entre policía y manifestantes: los Juegos Olímpicos del Mediterráneo que se celebran en la ciudad de Mersin entre el 20 y el 30 de junio. La que prometía ser la gran demostración de la capacidad organizativa del país se ha transformado en una nueva pesadilla para las aspiraciones olímpicas de Estambul. Para empezar porque Mersin está a unos pocos cientos de kilómetros de la ciudad siria de Aleppo, donde tienen lugar los enfrentamientos más graves de la guerra civil en la que está inmerso el país árabe. Aunque las revueltas sociales y los misiles no han llegado hasta esta ciudad, lo cierto es que los deportistas y hasta el Comité Internacional de los Juegos Olímpicos del Mediterráneo han mostrado oficialmente su preocupación por la seguridad durante las competiciones.
A esto se añade que las autoridades turcas aún trabajan en poner los últimos ladrillos de la villa olímpica días antes de la inauguración, según han publicado algunos medios. Y, por si fuese poco, una epidemia ha provocado un incremento de la cuarentena necesaria para que accedan al país los caballos de las federaciones hípicas internacionales, por lo que las autoridades turcas han optado por suspender directamente las competiciones con equinos.
Se da la circunstancia de que, cuando Mersin logró ser anfitriona de los Juegos Olímpicos del Mediterráneo, truncó las aspiraciones de Tarragona, que lo consiguió para los próximos, que serán en 2017. Fuentes de Tarragona 2017 explicaron a LA RAZÓN que cuatro delegados del comité organizador viajarán a la ciudad turca como observadores. «Nos fijaremos en nueve aspectos: competición y deportistas, organización, medios de comunicación, marketing, familia mediterránea, espectadores y vida mediterránea, tanto en lo bueno como en lo malo, para aprender de la experiencia», detallaron. Con todo, explicaron que no tienen noticias oficiales de que pueda ocurrir algún incidente.
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