Política

Infraestructuras

Martínez Campos, 19: varios correos ya alertaron de grietas en los pilares

El informe policial responsabiliza al jefe de obra de la constructora y al aparejador por el desplome del edificio, ya que cedió un muro de carga. Como adelantó este diario y confirma el documento, uno de los fallecidos no trabajaba en la obra.

La Policía Municipal ha necesitado más de cinco meses para completar su atestado
La Policía Municipal ha necesitado más de cinco meses para completar su atestadolarazon

El informe policial responsabiliza al jefe de obra de la constructora y al aparejador por el desplome del edificio, ya que cedió un muro de carga. Como adelantó este diario y confirma el documento, uno de los fallecidos no trabajaba en la obra.

Han pasado más de cinco meses desde aquella fatídica tarde de mayo cuando una nube de polvo envolvió todo el paseo General Martínez Campos. Pasaban las cinco de la tarde y parte del número 19 de esta céntrica calle se derrumbó en segundos. Las obras para convertir este edificio noble en un conjunto de viviendas de lujo se habían iniciado meses antes.

Con la personación de los diferentes equipos de la Policía Municipal de Madrid inicia el atestado que acaba de ser remitido al juzgado y al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Un documento muy amplio, con varios centímetros de grosor, que no deja ningún cabo suelto, ya que aborda cada una de las partes con todo detalle. Y se incluyen los interrogatorios de todos lo obreros y personas implicadas tanto en la construcción como en la actuación tras el desplome, como fueron los bomberos.

La Policía, a través de este atestado, responsabiliza del desplome –en el que el fallecieron las dos personas que estaban en el edificio–, al jefe de obra de Aldesa (la constructora) y al director de ejecución del proyecto, el aparejador, por un defecto en la ejecución de la obra.

Y es que, como describen, el origen del problema no fue la acumulación de escombros en la última planta, como se ha barajado hasta ahora, sino que fue un fallo en el pilotaje en uno de los patios. Es decir, los pilares que se estaban elevando en el que el informe denomina «patio 3» no se realizaron de forma correcta, ya que afectó a uno de los muros de carga del edificio, lo que produjo la caída de parte del inmueble. Los nuevos pilares se estaban colocando para reforzar las tres plantas de aparcamiento que estaban proyectadas en el diseño y que tanto preocupaban a los vecinos de los edificios aledaños. De hecho, el mismo día del derrumbe ya apuntaban a esta posibilidad porque ningún edificio de la zona tiene garaje subterráneo.

Y es que, como indica este documento, los responsables de la obra conocían el peligro que se avecinaba, ya que se produjeron varios intercambios de correos en los que se advertía de la aparición de grietas en los muros de la zona de los patios, donde se habían abierto dos ventanas para meter la maquinaria para el pilotaje.

La hipótesis de los escombros acumulados se descarta en el atestado porque se estuvo realizando de forma manual y las grietas aparecieron al comenzar la construcción de los pilares del aparcamiento. En este mismo documento se explica que la construcción de estas nuevas estructuras hizo que el muro de carga perdiera sus condiciones y cediera.

En lo que respecta a los dos fallecidos, en el informe también se describe cómo fueron hallados los dos cuerpos y en qué circunstancias sufrieron el accidente. Así, el obrero se encontraba en la quinta planta junto a otro operario desescombrando. Este último consiguió salir al encontrarse más alejado del patio, pero el primero no tuvo la misma suerte y fue sepultado por los forjados del edificio.

En lo que respecta al hermano del encargado de obra de la subcontrata, fontanero de profesión, había acudido a recoger una caldera. Justo antes de que se produjera el derrumbe, el responsable de la obra abandonó el segundo piso donde estaba con él para coordinar la llegada de un camión con más material. El cuerpo de uno de los dos fallecidos estaba prácticamente irreconocible, como indica el atestado, porque sufrió numerosas laceraciones.

En el documento también se incluye una completa infografía que describe, paso a paso, lo que ocurrió durante el derrumbe.

Así, este informe ahora lo pueden consultar las partes personadas: tanto los vecinos afectados, como las viudas de los fallecidos y el resto de actores civiles personados en el caso, incluyendo el fiscal. Por ello, aunque la Policía Municipal apunta a estos dos posibles responsables, no es descartable que el resto de implicados puedan responsabilizar a más personas de lo ocurrido aquella tarde.

Hoy, la imagen del edificio es muy diferente. Está prácticamente destruido. Sólo es necesario darse una vuelta por la calle Viriato –a la que daba la parte trasera del inmueble– para toparse con el inmenso hueco que ha dejado.