Mata a su compañero de piso asestándole 14 cuchilladas

MADRID- Una discusión motivada por una deuda y la una difícil convivencia entre dos compañeros de piso fue la principal causa ayer, en torno a las 10:30 horas, de la muerte violenta número 46 en la Comunidad de Madrid en lo que va de año. Todo ocurrió en una vivienda del número 46 de la calle Silva, cerca de la Gran Vía madrileña, donde Mauricio C. H., de 42 años, nacionalidad colombiana y con antecedentes penales por malos tratos en el ámbito familiar y por reclamación judicial, presuntamente asestó un total de 14 puñaladas a Ramiro C. C., de 50 años, de origen ecuatoriano y sin antecedentes policiales.

Tal y como aseguró un portavoz de Emergencias 112, «el agresor empuñó un machete de grandes dimensiones y se lo clavó a la víctima14 veces, produciéndole heridas graves en el tórax –por delante y por detrás–, las extremidades, el cuello y en el cráneo, que llegó a atravesarlo, por lo que posiblemente fuera lo que acabó con su vida». En el momento que comenzó la disputa, una tercera persona, que también vivía con los protagonistas de este suceso, salió corriendo de la casa y se dirigió a denunciar los hechos a la comisaría de la Policía Local que se encuentra en la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta –conocida popularmente como la plaza de la Luna–, a unos 50 metros de la vivienda.

Tras recibir el aviso, Posteriormente, cuatro agentes de la Policía Municipal se desplazaron hasta el piso donde detuvieron al presunto asesino que ni siquiera había huído del domicilio. Efectivos de Samur, que fueron avisados por la Policía, se presentaron pocos minutos después en la vivienda y se encontraron a la víctima en una de las habitaciones rodeada de «un charco de sangre», por lo que, a pesar de que intentaron reanimarla durante 30 minutos, no se pudo hacer nada porquefalleció prácticamente de inmediato.

Fuentes de la investigación aseguraron que lo que motivó este crimen fue una discusión entre la víctima y el agresor por una cantidad de dinero que le debía uno al otro. No se sabe quién era el deudor ni si tiene algo que ver con asuntos de drogas o simplemente con cuestiones personales. Además, por lo que pudieron explicar los vecinos, la convivencia no era muy buena, «siempre tenían peleas, por ejemplo, porque uno fumaba y al otro no le gustaba». Finalmente, Mauricio C. H. fue conducido a dependencias policiales, donde tendrá que prestar declaración antes de ser puesto a disposición judicial. La investigación está siendo dirigida por el Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional.