Transporte
«Ha sido horrible, en ese momento te pones en lo peor»
El suceso ha provocado el desalojo de estaciones como Pacífico, Cuatro Caminos, Legazpi y Plaza de Castilla. Varios viajeros explican cómo vivieron los instantes de incertidumbre y angustia ante el temor de que se tratara de un atentado
El suceso ha provocado el desalojo de estaciones como Pacífico, Cuatro Caminos, Legazpi y Plaza de Castilla
Sara es una joven estudiante de Comunicación Audivisual que ayer volvía de la facultad y esperaba el Metro en la estación de Avenida de América. Eran las 13:33 horas cuando ella y todas las personas que estaban en el andén escucharon por megafonía que tenían que desalojar: «Al principio nadie reaccionó, pero las alarmas empezaron a sonar y todo el mundo echó a correr entre empujones, todos querían adelantar para salir los primeros, mientras muchos iban llorando», contaba a este periódico pocas horas después del mal rato que tuvo que pasar.
Por error informático se ha activado el protocolo de emergencia. No hay ninguna incidencia, todo funciona con normalidad. Pedimos disculpas.
Y relata con mucha clarividencia lo mismo que a buen seguro pensaron en ese instante casi todas las personas que ayer se encontraron en la misma tesitura que Sara: «Ha sido horrible, te pones en lo peor». Es fácil intuir a qué se refiere esta joven universitaria con ese «te pones en lo peor»: un atentado.
Por eso ella misma sufrió ayer un ataque de ansiedad mientras intentaba huir de la estación y, en cuanto pudo, tuvo la reacción habitual de quienes se libran de un escenario similar: empezar a mandar mensajes de móvil a sus familiares y allegados para informarles de que estaba bien. A otros les sorprendió precisamente cuando se disponían a acceder a la estación: «La gente que iba subiendo les gritaba que no bajaran, que había que desalojar, y muchos empezaron a saltarse las escaleras mecánicas para cambiar de sentido».
Marta, otra joven, estaba a la misma hora en el andén de La Moraleja, volviendo del trabajo, cuando «nos dijeron que saliéramos ordenadamente» y ella siguió a los demás «muy preocupada» hasta la entrada de la estación. Allí, los trabajadores del Metro no les supieron explicar la situación y les dejaron esperando durante unos minutos angustiosos: «Cuando nos hartamos, salimos fuera. La zona no está bien comunicada y tuvimos que tomar un taxi».
A Felipe, el error le pilló cuando estaba llegando a la estación de Pacífico, el barrio donde vive. «Todo el mundo ha salido corriendo, cada vez más nervioso, pero lógicamente las personas mayores, como yo, no podemos hacerlo como un joven, aunque por suerte algunos nos han ayudado como han podido».
Este jubilado explica que «nadie sabía nada, pero tal y como están las cosas y lo que ya ocurrió aquí el 11-M, se te pasa por la cabeza de todo», recuerda todavía con el susto en el cuerpo.
En términos muy similares se expresa Pedro, que a esa hora se encontraba en la estación de Alonso Martínez junto a otros compañeros tras finalizar una reunión de trabajo: «Cuando empezaron a aparecer los avisos, las caras de la gente eran de sorpresa, muchos estaban descompuestos, pero la verdad es que la mayoría ha ido saliendo con bastante entereza y serenidad», un extremo que confirmaban otras personas en las redes sociales a las que el incidente les sobrevino en la misma estación. Eso sí, este madrileño de 37 años coincide con todos en el temor inicial a que fuera algo más grave: «Ya te puedes imaginar, con los antecedentes que hay...» Añade que los empleados del Metro estaban tan confusos y desorientados como los propios viajeros que les preguntaban mientras iban saliendo a la calle. Pensando que pudiera ser un problema sólo de esa estación, Pedro se dirigió a otra cercana, la de Bilbao, donde pudo reanudar su trayecto.
En los primeros momentos, las redes sociales, especialmente en Twitter, actuaron como un hervidero de comentarios de todo tipo hasta que, poco después, se aclaró el motivo y volvió la normalidad. Entonces, empezaron las bromas sobre el incidente.
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