Madrid Arena
Miguel Ángel Flores, detrás de una discoteca sin licencia
La Policía Municipal abre un acta de denuncia contra LAB. El local en el que trabaja el empresario del Madrid Arena tiene licencia de restaurante con espectáculo, pero los agentes afirman que el sábado había gente en la pista y no cenando.
La Policía Municipal abre un acta de denuncia contra LAB. El local en el que trabaja el empresario del Madrid Arena tiene licencia de restaurante con espectáculo, pero los agentes afirman que el sábado había gente en la pista y no cenando.
La Policía Municipal ha «cazado» a Miguel Ángel Flores detras de otra fiesta ilegal. El empresario, condenado a cuatro años de cárcel por el caso Madrid Arena, trabaja ahora como directivo de la nueva área de ocio de Chamartín rebautizada como centro de eventos MEEU. Dentro de este complejo, en concreto en la sala LAB (anteriormente Macumba), se celebró el pasado sábado un evento bautizado como Matrix que el equipo de organizadores al que pertenece Flores –como coordinador de desarrollo de negocio– publicitó con «flyers» que eran más que una mera declaración de intenciones. El evento, que se celebró a partir de las 23:00 horas en la citada sala, prometía contar con tres discjockeys y vendió sus primeras 200 entradas por 12 euros «con consumición». Ni rastro de cena acompañada de música electrónica en un espacio que tiene únicamente licencia municipal para abrir sus puertas como restaurante con espectáculo. Y esto, personas disfrutando de comida, es precisamente lo que esperaban encontrarse los agentes de la Policía Municipal que acudieron hasta el establecimiento de ocio de Chamartín a eso de la 1:30 de la mañana. No lo lograron. Dentro de LAB había público, sí, pero nadie estaba precisamente cenando sentado, sino bailando, tal y como quedó registrado en el acta que los agentes levantaron de su visita.
Desde el área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid informaron ayer de «la Policía determinó que la actividad que se estaba llevando a cabo dentro de la sala no corresponde con la permitida por su licencia». «Había personas en una pista de baile, y nadie en las cocinas», remarcaron las mismas fuentes, que ya han remitido el acta levantada por los agentes al área de Desarrollo Urbano Sostenible, la institución que ahora decidirá las consecuencias que para los gestores del espacio MEEU puede tener la fiesta que se celebró el pasado 14 de enero. «Para el uso de discoteca no tiene permiso», aseguró ayer el concejal de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero, que insistió en declaraciones recogidas por Ep en que «no se pueden transgredir permisos que se dan para contenidos muy específicos» como en este caso.
El Grupo Alonso, adjudicataria del espacio que tiene en plantilla a Flores, podría enfrentarse ahora a una sanción con subsanación de la falta cometida con multa, a un sistema de avisos municipal o, incluso, al cierre y precinto del recientemente inagurado (apenas lleva abierto desde principios de diciembre LAB). Desde Adif (el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dependiente del Ministerio de Fomento) propietario de las instalaciones cuya licitación logró el Grupo Alonso, negaban ayer tener conocimiento de la denuncia abierta contra el restaurante con espectáculo por la Policía Municipal. «No hemos tenido ningún problema hasta ahora, tampoco nos constaba que hubiera nadie detrás (en referencia a Flores), y lo único que queremos es que se cumpla la Ley y los contratos establecidos», explicó un portavoz, que indicó que Adif se reserva su derecho a tomar las medidas que consideren necesarias en caso de que el establecimiento esté incurriendo en irregularidades.
Primera inspección en Navidad
Desde que se conociera su vinculación con la fiesta de Halloween en la que fallecieron cinco chicas en 2012, la figura de Miguel Ángel Flores, y especialmente su regreso al mercado laboral como organizador de macrofiestas, ha estado en el punto de mira no sólo de la prensa, sino especialmente de los efectivos de la Policía Municipal de la capital. De hecho, fuentes del área de Seguridad insistieron en que la de este fin de semana no ha sido la primera visita de los agentes a LAB desde su apertura: hubo otra inspección en Navidad, pero entonces no se detectaron deficiencias, subrayaron. Desde que reabriera sus puertas como sala de ocio, este espacio instalado en la cota 13 de la estación de Chamartín ha acogido otros eventos de música electrónica que, como no podía ser de otra forma, contaron con gogós y todos los requisitos necesarios para convertirse en fiestas de éxito.
Desde el espacio MEEU quisieron salir ayer al paso de las consecuencias de la citada inspección con un comunicado en el que explican que los agentes no realizaron una inspección al espacio el sábado, sino tres, y que en todas ellas «no hubo problemas de aforo, ya que se respetó en todo momento, como así reflejan las actas policiales». Asimismo apuntan que lo que se encontraron en la sala los agentes no fue una «fiesta» sino «un espectáculo de variedades, como todos los eventos que tienen lugar en LAB espectáculos y permite su licencia». «En todos los eventos realizados en el espacio LAB Espectáculos, ha existido y existe actividad de restaurante (hay mesas, cocinas, etc.), y concretamente y sin ir más lejos, en el evento del sábado día 14 de enero, la policía municipal levantó un acta final de inspección, tras algunas actuaciones previas, donde se constataba sin duda alguna la existencia de la actividad de restaurante, junto con la actividad de espectáculo, que permite la licencia y el contrato con Adif, haciéndose constar en el acta que se cumplían con las exigencias de la licencia existente», añaden en otra de las notas publicada en su web.
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