Comunidad de Madrid
Nadie viene forzado
Los españoles tenemos muchas virtudes y algunos vicios, y entre éstos figura la costumbre de hablar mal de nosotros mismos como colectivo o como país, de hacernos de menos. Supongo que es un complejo nacional y que hay alguna razón profunda que lo explique, pero si lo traigo a colación es porque los datos del turismo nos dicen que nos equivocamos de manera radical. España cerró 2015 con 68 millones de turistas y en estos tres primeros meses se ha fijado un nuevo hito al llegar ya a 12 millones. Madrid también ha tenido el mejor mes de marzo desde que se analiza el dato: 1,15 millones de personas. Nadie, que se sepa, vino forzado.
Si han venido es porque como destino presentamos una oferta atractiva y nuestro patrimonio, cultura, gastronomía, posibilidades de ocio y compras son preferidos a otros países porque los superan. O, siendo parangonables el clima y la atención y el trato al visitante, es más cordial, amable y cercana.
Queda mucho por hacer –mejorar el nivel de ingresos, reducir la estacionalidad, abrirnos a nuevos mercados, fortalecer la apuesta por la calidad, la convivencia del turista con los vecinos y el medio ambiente– pero también es bueno felicitarnos hoy como sociedad por lo que somos capaces de construir.
Las empresas se han modernizado, ha invertido, progresado, creado empleo, las administraciones –también con sus errores– han creado infraestructuras y un marco de seguridad jurídica y de servicios envidiable en el mundo. Y todos los españoles (aunque nos gusta regodearnos en lo que hacemos mal) hemos hecho del nuestro un país atractivo y envidiable. Me habían pedido que hablara de Madrid, pero cuando España va bien, Madrid va bien y al inversa. Como sucede en las otras autonomías.
*Director General de Turismo de la Comunidad de Madrid
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