Policía
Precintado un centro de estética sin licencia y con menores trabajando
No tenían licencia pero tampoco unas condiciones mínimas de higiene para las clientas ni unas condiciones laborales adecuadas para las trabajadoras, ya que una de ellas hasta era menor de edad. Se trata de un centro de estética y masajes situado en la calle Bravo Murillo y les pillaron precisamente por la queja de una clienta, que llamó a la Policía cuando no le proporcionaban una hoja de reclamaciones. Acudieron al lugar los agentes de la Policía Municipal de Tetuán y cuando llegaron la encargada cambió de parecer y sí accedió a entregar a la clienta la hoja de reclamaciones.
Ésta explicó a los agentes que el local carecía tanto de licencia de funcionamiento como de seguro de responsabilidad civil. Los funcionarios observaron en el establecimiento gran cantidad de suciedad tanto en el suelo como en la zona de tratamientos estéticos, según explicó ayer el Cuerpo municipal mediante una nota de prensa.
Las empleadas utilizaban los mismos corta cutículas y pequeñas cuchillas para varios clientes, sin haber sido esterilizados entre cliente y cliente, careciendo además de recipiente estéril para desechar dichas cuchillas. Los policías procedieron a inspeccionar el local y comprobaron que, a pesar del fuerte olor a productos químicos y cosméticos, no había ningún sistema de extracción de aire ni tampoco la señalización necesaria para la salida de emergencias. El local de manicura contaba, además, con gran cantidad de productos cosméticos a la venta, careciendo de cualquier autorización para su venta, encontrando además varios productos de origen chino, en los cuales no aparece ningún tipo de composición o especificación del producto en castellano, estando, por tanto, prohibida su comercialización en la Comunidad Europea.
La Policía también comprobó que había varias videocámaras grabando el interior del establecimiento sin contar con el cartel informativo a los usuarios del mismo ni la autorización administrativa pertinente.
Menores y sin contrato
Lo más grave era que de las tres trabajadoras uniformadas que había en ese momento en el local una era menor de edad y ninguna tenía contrato. En el sótano había otra menor escondida tras una cortina, según las mismas fuentes, que también trabajaba en el local.
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