Récord de turismo y basura

Se cierra el verano con más visitantes de la historia en la región, un hito que ha compartido con el mayor pico de suciedad de la capital. Los turistas se quejan del olor a orín y la basura en las calles del centro, que acumularon el 17,3% de las quejas

«Llevaba 20 años sin venir a Madrid y huele a orín», se quejaba esta semana una turista española, procedente de Castellón, mientras paseaba por el entorno de Gran Vía. Y es que para los visitantes tanto nacionales como extranjeros que recorren la ciudad la acumulación de suciedad y basura, especialmente en las calles traseras, supone un fuerte contraste con los encantos turísticos de la capital. Según los datos de la Comunidad de Madrid, el pasado julio se batió el récord histórico de turistas en la región, con 515.000 visitantes internacionales, lo que representa un 16% de aumento respecto al mismo mes de 2015.

Se da la circunstancia de que el pasado mes de julio también se ha alcanzado un hito, sólo que éste no es tan halagüeño como el del atractivo turístico de Madrid, porque las quejas por la falta de limpieza superaron en más de un 20% el nivel más alto hasta al fecha en el consistorio de Manuela Carmena. Un repunte que afecta especialmente al distrito más turístico de la capital, Centro, donde se concentra el 17,3% del total de las quejas de julio. Así, de 10.000 protestas, 1.707 están directamente relacionadas con suciedad y acumulación de basuras en las calles más recorridas por los turistas que visitan Madrid.

La situación es más grave aún ya que en el barrio de Palacio se han incrementado en un 105,4% las quejas por falta de limpieza respecto al primer semestre de 2015, por lo que quienes decidieron regresar a la ciudad la han encontrado mucho más sucia.

Si la situación para los madrileños y vecinos de los barrios más afectados es desagradable, para los visitantes que acuden a la ciudad es aún peor ya que aquellos que quieren conocer el «sabor» de la capital callejeando por el Madrid de los Austrias o descubriendo rincones ocultos en la Latina se encuentran con contenedores atestados y hasta ratas muertas, como las que aparecen recientemente en el entorno de la plaza de Tirso de Molina, un espacio que, según los residentes han denunciado, se limpia cada cuatro días.

También otra zona que recoge el Madrid más castizo, Lavapiés, ha sido más un repelente que un atractivo para los turistas durante este verano. No sólo por la acumulación de basura en las fiestas de San Lorenzo, San Cayetano y La Paloma, donde los contenedores extraordinarios instalados por el Ayuntamiento se llenaban a mitad de la noche, por lo que de madrugada la zona parecía un vertedero de los restos de la fiesta. Además, el barrio sufrió una plaga de chinches que llegaron a colarse en las casas de los vecinos.

Los barrios más turísticos

En Embajadores, donde las quejas han aumentado un 130% en los primeros seis meses del año con respecto al mismo periodo de 2015, los vecinos de la calle Martín de Vargas sufren las consecuencias del «traslado» de los toxicómanos de la calle Alonso del Barco –denominada sarcásticamente Alonso del Narco–, que orinan, defecan y consumen estupefacientes en la vía pública y acumulan suciedad, mientras son los propios comerciantes quienes se ocupan de baldear ante la falta de efectividad de los servicios de limpieza municipales.

También en la Puerta del Sol, punto de encuentro de turistas de todas las nacionalidades, se han incrementado las quejas con respecto al año pasado. En concreto, han subido un 83% las protestas de los vecinos por la falta de limpieza en lo que llevamos de 2016. Y, mientras, los turistas se ven obligado a abandonar las callejuelas peatonales por el olor a orines y la basura acumulada junto a los contenedores. Incluso en el barrio de Cortes, donde se puede disfrutar de la mejor gastronomía después de una mañana en cualquiera de los cercanos museos del Paseo del Arte, han subido las quejas por la suciedad, aunque sólo un 26%, un dato alarmante que, sin embargo, parece irrisorio al lado del 113,2% de incremento en Justicia.

Pese a los esfuerzos del consistorio madrileño por reducir las protestas por la suciedad en la capital, logrando una bajada de las quejas momentánea, con la llegada del verano han perdido la partida a la acumulación de basuras y la falta de limpieza. Precisamente en los meses que más turistas recibe Madrid, la ciudad está más sucia que nunca, en los barrios que más visitantes atraen.