Ayuntamiento de Madrid
Referéndum republicano en Vallecas: sólo 50 «inscritos»
Colectivos de izquierdas solicitan celebrar una votación popular contra la Monarquía y la Junta de Distrito asegura no poder frenarla. Ayer apenas medio centenar de personas había confirmado en Internet su intención de votar.
Colectivos de izquierdas solicitan celebrar una votación popular contra la Monarquía y la Junta de Distrito asegura no poder frenarla. Ayer apenas medio centenar de personas había confirmado en Internet su intención de votar.
La friolera de 50 asistentes –o alguno más, para ser justos– se ha sumado ya a la consulta republicana que, previsiblemente sin contratiempos burocráticos y si ninguna inclemencia meteorológica lo complica, tendrá lugar el próximo sábado 23 de junio en los distritos de Puente y Villa de Vallecas. Una llamada «a las urnas» casi improvisada por una amalgama de colectivos de izquierdas que van desde partidos políticos hasta asociaciones vecinales pasando por agrupaciones reconocidamente –y con orgullo– como «rebeldes». Todos ellos, haciendo uso de su «trabajo asambleario» y probablemente aprovechando el «tirón mediático» de la convocatoria, tienen, a partir de hoy, 18 días para convencer a varias centenas de personas de acompañar a estos primeros cincuenta y tantos vallecanos –o mejor, vallekanos– para alcanzar las expectativas de participación que barajan desde la organización del evento: «En la consulta contra la privatización del Canal de Isabel II participaron miles de personas, y era muchas menos mesas», comparan desde la portavocía de la plataforma. Y en efecto, 33 puntos de votación esparcidos por las diferentes calles de los dos distritos al sur de Madrid denotan unos cálculos optimistas por parte de los organizadores, condensados todos bajo la etiqueta de Vallekas Decide.
Una tarea que, por otra parte, tendrán que compaginar con la definición de «las formas», aún muy confusas, incluso, dentro de la propia plataforma. Y para muestra, un botón. «¿Quién podrá votar?». La pregunta parece sencilla y, sin embargo, la respuesta está lejos de ser clara y, mucho menos, unánime. Porque, donde unos hablan de una consulta «abierta», otros insisten en que sólo los vecinos de Vallecas mayores de 16 años podrán depositar su papeleta en las urnas. Una incongruencia entre las palabras del PCE y las de fuentes directas del organismo que convoca que, no obstante, es comprensible: ni existe un censo de cara a esta votación ni hay forma alguna de controlar ordenadamente la participación en una consulta de esta naturaleza, «que no promueve ninguna institución». Una forma suavizada de llamar a lo que habrá quien entienda como una consulta ilegal –las reacciones del Partido Popular, por ejemplo, no se han hecho esperar–. Aun así, Irene, como portavoz de Vallekas Decide y asumiendo la votación como una «vía de expresión popular» más que como una herramienta cuantitativa real, asegura: «Trataremos de hacerlo de la forma más legal y honesta posible». Así, y aunque la manera que tendrán los votantes para acreditarse será, simple y llanamente, afirmándolo con convicción, Vallekas Decide confía en que los resultados serán fiables, dentro de sus posibilidades. «Podremos luego comparar los datos», explica Irene sobre la amenaza de votos duplicados o participantes externos al tejido vecinal, a quienes, por otra parte, no se les cierra las puertas al debate.
Y, mientras, ¿qué dicen las autoridades? Poco o nada. Más bien esperan a que pase para, en caso de que fuera necesario, actuar: «Sólo entonces, el Ayuntamiento podrá decidir si se ha incumplido la normativa con la actividad o no». Así lo explican fuentes directas de la Junta Municipal del Distrito de Puente de Vallecas que, hace aproximadamente dos semanas, recibieron una petición firmada por el movimiento Marchas de la Dignidad solicitando más de una treintena de mesas informativas para abordar y debatir con la vecindad «asuntos del barrio». Por supuesto, en ningún momento se habla en este escrito de la celebración de una votación en plena calle, como tampoco se especifican las dos preguntas que rezarán en las papeletas: «¿Quiere usted poder decidir la forma de Estado?» y «¿En caso afirmativo, ¿quiere que sea una República?». Desde la Junta insisten en que los servicios técnicos que se encuentran ahora mismo estudiando la solicitud «son totalmente externos a lo que se diga en las redes sociales y en la Prensa», con lo cual, «casi con seguridad, se les concederán las mesas informativas a finales de esta semana». Pero «para autorizar otra cosa no tenemos competencia», reiteran. Es decir: la consulta contra la Monarquía saldrá adelante –como mucho, podría verse reducido el número de mesas si alguna no cumpliera con requisitos como que no tapone la entrada a ningún local–.
Un hecho que, según escenificó ayer la alcaldesa de Madrid en un acto junto a la Reina Doña Sofía, preocupa poco al Ejecutivo municipal: «Cualquier persona puede llevar a cabo una consulta», afirmó Manuela Carmena tras el acto de inauguración en CentroCentro de la VII Bienal de Arte Contemporáneo de la Fundación ONCE.
Así las cosas, la consulta marcha. Tal vez con una lista de asistencia en Facebook aún reducida, pero con un espíritu proactivo envidiable y defendido única y exclusivamente por voluntarios a los que no se les pide nada más que «ganas de ayudar», a la causa. «Queremos que la gente salga a la calle, participe, debata y demos un primer paso que, esperamos, tendrá su continuidad». Palabras venidas del PCE que calca la portavoz de Vallekas Decide muy segura: «Trabajamos en esto con vistas a que se extienda a otros puntos de España».
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