Retiro

Seis quioscos de El Retiro salen a concurso con rebaja en su canon anual

Tras la polémica del año pasado, la mitad de los chiringuitos del parque renovarán su licencia este otoño. El Ayuntamiento reducirá los precios de adjudicación atendiendo a la depreciación del suelo en la zona

Emilio es uno de los 7 empleados del quiosco que la familia Herrero regenta en El Retiro desde 1890. Esta semana saldrá a concurso
Emilio es uno de los 7 empleados del quiosco que la familia Herrero regenta en El Retiro desde 1890. Esta semana saldrá a concursolarazon

Madrid- El Parque del Buen Retiro cambiará su cara el próximo otoño. Seis de los once quioscos de restauración renuevan su concesión y tendrán un lavado de cara para disfrute de madrileños y turistas. Esta semana se publican en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCAM), los pliegos de condiciones para la renovación de los quioscos número 2, 5, 8, 9, 10 y 12, cuya adjudicación se prevé para finales de octubre y que, a diferencia de la primera fase, en la que se renovaba la concesión las otras cinco terrazas, tendrá un canon ligeramente inferior que los que se adjudicaron el año pasado.

«La reducción del canon se debe a la depreciación del valor del suelo en el que se ubican los quioscos», explicó la concejala del Distrito de Retiro, Ana Román, que detalló que no será una gran variación respecto a la primera fase de la renovación de las concesiones. En noviembre de 2011, los pliegos de renovación de los quioscos número 1, 3, 4, 6 y 7 calculaban un canon de adjudicación de entre 29.921,25 euros y 45.879,25 euros, dependiendo del tamaño del local.

Propiedad municipal

Las terrazas del Retiro son propiedad del Ayuntamiento de Madrid y se ceden a empresarios para que las exploten a cambio de un canon anual, como si fuese un alquiler, y la correspondiente tasa por los metros de terraza al igual que cualquier otro establecimiento de la ciudad. Aunque en las últimas décadas eran las mismas familias quienes habían renovado las concesiones por su antigüedad al frente de estos quioscos, en el último concurso se aplicó la Ley de Contratos Públicos de 2003 que elimina los criterios subjetivos en la adjudicación. De este modo, primaba la oferta económica frente a la tradición.

Esto destapó una polémica entre los empresarios tradicionales y el consistorio, con encierros y deshaucios mediáticos de por medio, que concluyó con hasta 14 sentencias favorables al Ayuntamiento de Madrid. Mientras tanto, dos de los quioscos se adjudicaron a empresas del grupo Casa Remigio, que también explota las terrazas de Madrid Río, otros dos al empresario Iván Adrián Moreno y un quinto al hostelero Diego de la Barrera.

Con el cambio, las cinco terrazas sufrieron un lavado de cara, con renovación de todo el mobiliario para que estuviese conforme a las directivas de la Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid que ahora será similar en el resto del parque. «En los pliegos incluimos la necesidad de rehabilitar los quioscos para adecuarlos a la normativa», detalló Román. Desaparecieron así los míticos carteles de helados de hace veinte años y las antiguas sillas de marcas de bebidas. No en vano, en 1997, el consistorio ya había tomado la determinación de renovar unas instalaciones que se habían quedado obsoletas por otras que permitían ofrecer el servicio de hostelería de forma permanente, tanto en verano como en invierno.

Además, los usuarios de estas terrazas renovadas cuentan con atención gracias a la intervención de la concejala que, preocupada por si el canon era demasiado alto –le afectó la subida catastral– consultó a los concesionarios sobre su éxito y, con una respuesta afirmativa por su parte, pidió que contribuyesen en la medida de sus posibilidades a aliviar las cifras de paro mejorando el servicio al cliente con la contratación de nuevos camareros.

«Los actuales concesionarios podrán presentar sus ofertas para repetir adjudicación», recordó Román, que detalló que no se han puesto en contacto con la Junta de Distrito pese a que sus concesiones ya han caducado y la publicación del nuevo concurso es inminente.

Tras la publicación esta semana en el BOCAM se abrirá un plazo de presentación de ofertas durante 30 días. A primeros de agosto está previsto la apertura de las plicas y a comienzos de septiembre se hará la adjudicación preliminar, que debe pasar por el informe de la Intervención General. A finales de septiembre se publicará el decreto de adjudicación de la concesión de los seis quioscos por un plazo de diez años.

Los afectados

De regalo real –Isabel II cedió los terrenos a sus trabajadores como agradecimiento– a negocio al alcance del que consiga reunir el dinero necesario para hacer frente a una licencia del siglo XXI. En El Retiro aún quedan seis quioscos regentados por descendientes de los empleados de la reina que, como las hermanas María y Esther Herrero, dan trabajo a siete personas más. La familia Herrero es titular de su quiosco desde 1890 y, aseguran, nunca habían tenido problemas hasta que salieron a concurso los primeros chiringuitos el año pasado. «Vamos a luchar a tope», contestan tras conocer que su negocio saldrá a concurso. ¿Podrán reunir la cantidad que ahora exige el Ayuntamiento? Se avecina polémica de nuevo en el histórico parque.

CATORCE RECURSOS FAVORABLES

Los empresarios tradicionales de los quioscos del Retiro desataron una batalla legal para mantener lo que consideraban derechos de antigüedad sobre la concesión que ostentaban como negocios familiares. Así, junto a las protestas mediáticas y los encierros en los quioscos 3 y 4, llevaron ante la Justicia todos los aspectos que consideraban irregulares del concurso público y que resultaron favorables al consistorio en 14 resoluciones de 8 juzgados distintos. En concreto, hubo tres autorizaciones judiciales de entrada para deshauciar a los anteriores concesionarios de los números 4, 6 y 7. También se rechazó la suspensión de los deshaucios de los números 3, 4, 6 y 7 y se desestimó la petición de suspensión de los procedimientos de licitación que realizaron estos mismos quioscos. Por último, tres juzgados rechazaron los recursos sobre los pliegos de las nuevas licitaciones. Salvo uno de los antiguos empresarios, que entregó las llaves sin problemas para jubilarse, todos los anteriores concesionarios reclamaron judicialmente sin obtener ningún resultado positivo.