Política

Elecciones municipales

Sin presencia de la dirección del PP en actos de campaña

Varios candidatos abogan porque no participe Casado en los mítines. Ciudadanos quiere la alcaldía de Madrid y la presidencia de la Comunidad si se diera un hipotético pacto con los populares.

Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez Almeida, en uno de los carteles electorales. Foto: Alberto R. Roldán
Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez Almeida, en uno de los carteles electorales. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Varios candidatos abogan porque no participe Casado en los mítines. Ciudadanos quiere la alcaldía de Madrid y la presidencia de la Comunidad si se diera un hipotético pacto con los populares.

El día después de los gozos y las sombras, según le haya ido la feria de abril electoral a cada uno, ya se trabaja en el corto plazo porque, en menos de un mes, hay otra cita con las urnas para elegir ayuntamientos, comunidades y representación europea. El gran perdedor del domingo, el PP, empieza una profunda reflexión para frenar la sangría de votos e iniciar su recuperación en municipales y autonómicas.

En estos momentos, hay cierta desazón entre los populares, según pudimos captar ayer en conversaciones con algunos de los que se la juegan en las listas municipales y en la autonomía. Existe una opinión unánime: es imprescindible y urgente cambiar el mensaje para reactivar la confianza del votante. Muchos piensan que hay que desmarcarse abiertamente de un pacto electoral de centro derecha; no citar en la campaña ni a Vox ni a Ciudadanos y, de esta manera, no entrar en especulaciones y teorías sobre futuros acuerdos. Los candidatos del PP esperan que desde el partido se haga un análisis concienzudo y realista sobre lo que falló en el mensaje y en la estrategia en las generales y, a partir de ese análisis, recomponer la oferta y los programas que ya se habían esbozado, pero que no fueron cerrados, a la espera de los resultados del 28-A. También se desea de la dirección del partido una estrategia conjunta de acción para los municipios y, de ninguna manera, insistir en pactos postelectorales. Llama la atención que algunos candidatos crean necesario ahora que ni Pablo Casado, ni otros destacados miembros de la dirección del partido, participen en los mítines u otros actos de la campaña porque consideran que no sería oportuna su presencia, ya que el batacazo de las generales estará demasiado fresco todavía.

Dentro del sentimiento general de fracaso, produce especial desconsuelo que el PP sólo ganara en dos de los municipios importantes: Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, y también es preocupante que los resultados coincidan con una anterior encuesta de Telemadrid, según la cual Manuela Carmena, con su Más Madrid, ganaría en la capital, pero el centro derecha podría tener mayoría, en cuyo caso se podría conseguir la alcaldía, especie de bálsamo en tiempo de tribulaciones en el PP.

Euforia ciudadana

Esas cuentas no le saldrían al PP, si en Cs siguen pensando como hacían ayer algunos de sus miembros: el hipotético pacto con los populares y Vox pasaría por que el presidente regional y la alcaldesa de Madrid fueran del partido naranja que, por otra parte, se ha marcado como estrategia de campaña: vender hasta la saciedad que en las generales ha sido la segunda fuerza más votada en la región y puede ser una clara alternativa al triunfante PSOE. La otra estrategia que se estudia es la insistencia en que Cs más que nunca es el centro y sólo desde un centro fuerte se puede combatir la hegemonía de la izquierda. Muchos creen en la necesidad de potenciar la imagen de Begoña Villacís como candidata fiable y con muchas posibilidades para ser la futura alcaldesa, venciendo así algunas reticencias que en este sentido había dentro del propio partido.

¿Seguir con el «miedo» a Vox?

Nadie duda en el PSOE de que hay que ponerse a trabajar para rentabilizar al máximo los resultados, al mismo tiempo que «vender» lo importante que ha sido gobernar bien los ayuntamientos donde han podido hacerlo. Los candidatos esperan ahora, que una vez superada la resaca dominguera, se pongan mano a la obra y que, desde Ferraz se indiquen los temas en los que hay que priorizar para alimentarse del subidón. En las filas socialistas se está convencido de que hay que seguir la estrategia de no avanzar posibles pactos con otras fuerzas, aunque se siga pensando que Podemos y partidos asimilados, deben de ser el mejor socio, allí donde se requiera su ayuda. Hay cierto temor a que en la militancia más tradicional y conservadora del PSOE siga presente el desacuerdo con que los cabezas de lista en la Comunidad y en el Ayuntamiento, Ángel Gabilondo y Pepu Hernández, respectivamente, sean no afiliados al partido, situación que desató discrepancias internas y «amenazas» de negarles el voto.

En Unidas Podemos algunos piden a Pablo Iglesias cambios en algunas estrategias, insistiendo en que el futuro pasa por formar gobiernos de izquierdas. También se plantean si seguir amenazando al electorado con que la presencia de Vox en las instituciones no le conviene a la democracia u «olvidarse» del partido de Abascal.