Burgos

«Tenemos secuestrado a su hijo. Su vida tiene un precio»

«Tenemos secuestrado a su hijo. Su vida tiene un precio»
«Tenemos secuestrado a su hijo. Su vida tiene un precio»larazon

Una familia de Las Rozas recibió el viernes una llamada simulando que tenían retenido a su hijo. Pedían 5.000 euros.

La llamada que recibió Ana la tarde de ayer le dejó sin habla. Un individuo con acento suramericano aseguraba tener retenido a su hijo de 27 años. «Su vida tiene un precio», le dijo. 5.000 euros y joyas era lo que pretendía recibir a cambio de liberar sano y salvo a Emilio. Ana y su marido explicaron que no tenían ese dinero y el interlocutor y presunto secuentrador de su hijo colgó el teléfono. La familia, que vive en Las Rozas, acudió a denunciar los hechos al puesto de la Guardia Civil de la localidad y también se recibió una llamada al teléfono de Emergencias 112 alertando de lo sucedido. El matrimonio intentaba sin éxito contactar con su hijo: tenía el movil apagado, algo que, en teoría, podría cuadrarles porque iba a salir de viaje y podría tener activado el modo avión del teléfono, pero también tenía sentido la teoría del chantaje que acababan de vivir.

De forma paralela, unos minutos antes, la misma centralita del 112 recibió una llamada en la que se informaba de que habían visto cómo cuatro individuos «vestidos con chándal y gorras» habían agredido a un varón y lo habían introducido a la fuerza en un Citroen Xsara con matrícula de Madrid terminada en WN con domicilio en calle Parque Vosa número 26 de Móstoles. Al poder tener relación entre sí ambas llamadas, se puso en conocimiento de la Brigada Provincial de Policía Judicial para que se hiciera cargo del suceso de Móstoles y a la Guardia Civil, la llamada de Ana desde Las Rozas.

Afortunadamente el calvario de estos padres duró algo menos de dos horas. Emilio San Miguel, el supuestamente secuestrado a manos de una peligrosa banda de suramericanos, alucinó al llegar a su destino y desactivar el modo avión. Vio decenas de llamadas perdidas y, asustado, pensó que recibiría malas noticias. Al explicarle a su madre que estaba bien, que estaba en Burgos y que en ningún momento había sido secuestrado, todos respiraron tranquilos. Se trataba de un intento de estafa para conseguir dinero fácil. Cualquiera que hubiera tenido los 5.000 euros no hubiera dudado en entregarlos a quien hiciera falta con tal de salvar la vida de un hijo. La familia puso los hechos en conocimiento de la Policía, que ya está investigando el origen de la lamda, al parecer efectuada desde un número extranjero, según explicó ayer la familia a este diario. No es la primera vez que ocurre algo así.

De hecho, la crisis económica ha hecho proliferar la simulación de delitos de forma notable. Desde los cientos de denuncias falsas que cada día reciben las comisarías de distrito asegurando haber sufrido el robo con fuerza de un móvil de última generación, hasta los hechos más graves, como estos secuestros simulados. Los delincuentes se aprovechan de la desesperación de las familias y de su temor a que hagan algo a sus seres queridos.

Pero también se han disparado los casos en los que es la propia «víctima» quien realiza la llamada y finge su propio secuestro para obtener el dinero de sus familiares. Cuando esto ocurre, la Policía suele detectar pronto que se trata de una farsa y sólo quieren conseguir dinero para solventar deudas económicas.