Terrorismo
Tradición y seguridad
El Ayuntamiento de Madrid quiere racionalizar la entrada en la puerta del Sol pero no se preocupen, sólo en las tradicionales campanadas de Fin de Año. Los argumentos son dos: el nivel de alerta antiterrorista en el que nos encontramos y la aglomeración humana que se produce con el citado acontecimiento llegando a 7 a 8 personas por metro cuadrado, «uso racional del espacio público» fue uno de los argumentos empleados por el delegado de Seguridad.
Ni quiero, ni puedo, ni debo como policía entrar en debates políticos también por dos argumentos: no me va la vida en ello y es muy aburrido.
Así pues, dos argumentos a favor y dos en contra. Después de todo, la verdad absoluta no existe y todos tenemos parte de razón.
A favor: quien consiga llegar a la plaza tendrá más espacio para la diversión y además, se realizarán cacheos de seguridad al entrar, medida de prevención para cualquier tipo de acción dentro de ella.
En contra: alguno se quedará sin disfrutar una tradición muy española (nunca entenderé esa manía de los políticos de acabar con ellas cuando sólo el tiempo puede hacerlo) y la seguridad absoluta no existe, dado en los aledaños de la plaza se aglomerarán las personas que no consigan entrar. La polémica esta servida. Mientras, yo me iré al pueblo, encenderé la chimenea pondré mi árbol de navidad, jugaré la partida de tute en el bar con mis paisanos, discutiré con mi cuñado en la cena, comeré las uvas y besaré a mis familiares cuando acaben las campanadas... lo tradicional, como todos los años, en los que disfrutábamos de la Puerta del Sol sin límites ni restricciones y no pasaba nada.
*Secretario de Comunicación U.F.P