Un ayuntamiento «caza» a los grafiteros con un falso concurso

Firmas, dibujos, símbolos ininteligibles, los hay en todos los pueblos y municipios de España. A pocos gustan los grafitis. Pero en Brunete, una localidad de 10.000 habitantes en Madrid, los combaten de una forma muy original. El problema era cómo pillar a los que pintan donde no deben. Una agencia de publicidad diseñó un concurso falso: el requisito era que los grafiteros aportaran como 'currículum' fotos de sus grafitis. Cinco cayeron en la trampa, y el ayuntamiento les dio una opción: si limpiaban los grafitis saldarían su deuda. La multa por pintar en espacios públicos es de 300€. No es la primera vez que Brunete "sorprende"a sus vecinos infractores. El año pasado mandó casi doscientas cajas a los dueños de perros que hacían sus necesidades en sitios no habilitados para ello. Dentro les enviaban la caca de su mascota. Así, en un año se han reducido un 70% los excrementos en las calles.