Galicia

Un rumor injustificado

La Razón
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La Cabalgata de los Reyes Magos esa explosión de ilusión infantil estuvo a punto de verse turbada por un infame bulo que circuló por toda España. Una patraña incalificable, que solo se explica por la desconfianza ciudadana y el grado altísimo de sospechas de corrupción que campean por doquier. Un verdadero Expediente X. Hagamos una somera narración de los hechos. En varias capitales de nuestra piel de toro desaparecieron las cartas que los niños habían entregado a los pajes reales y se esfumaron toneladas de caramelos. Estalló la alarma y se pusieron en marcha incluso los operativos antiterroristas. Sesudos asesores todos ellos nombrados a dedo por su saber e ingenio se quebraron los sesos tratando de encontrar una explicación. Para los amigos de Pablo Iglesias II el asunto estaba claro se habían querido expropiar los sueños de la infancia todo obra de una casta ‎enrocada en los viejos hábitos y en el latrocinio más vil. Se movilizaron todos los jueces estrella encabezados por la bella jueza Alaya, el juez Ruz, el juez Castro a bordo de su moto con su inseparable fiscal Horrach, todo un despliegue que contó también con el juez Garzón amnistiado por unas horas ante la gravedad del caso. Es de destacar la colaboración de la cúpula del Partido Popular, de los imputados de Gurtel, de la Junta de Andalucía, de los Sindicatos UGT y Comisiones, de los imputados por los ERES, de Diego Torres y de Urdangarin y naturalmente del Sindicato Manos Limpias que redactó un tremendo alegato pidiendo elevadísimas penas de cárcel para los autores ignotos. Fue emocionante ver a personajes de la vida pública como a la Pantoja con su dolor a cuestas o a la mismísima Preysler blandiendo una edición extraordinaria del Hola rasgarse las vestiduras. Artur Mas y su escudero de ERC lo atribuyeron a la vesania castellana y al odio a todo lo catalán que incluso impide marcar goles a Messi en San Sebastián. Toda una incalificable conjura. Los amigos del PNV se congregaron en torno al árbol de Guernica y los Presidentes de Galicia y del Principado de Asturias protagonizaron actos de repulsa en torno a la emblemática Torre de Hércules y al Escorialin. Margallo después de su resonante triunfo en el Consejo de Seguridad elevó una consulta a las Naciones Unidas. Banki moon frunció el entrecejo “algo no funciona en el Sur de Europa"cuando hasta los niños pueden quedarse sin regalos. Felipe VI y su bella Letizia se informaron rápidamente de cual había sido el destino de la correspondencia regia. Afortunadamente las cartas de las infantas Leonor y Sofía estaban a salvo. Don Juan Carlos desde algún lugar del planeta recobró la tranquilidad y aconsejó a su bellísima amiga Corina que pusiera a buen recaudo sus cartas. Este maravilloso momento de solidaridad y amor por los niños recobró de pronto todo su esplendor. Estalló la burbuja y como por ensalmo se encontraron cartas y caramelos, tal vez los brillantes amigos de Ideas y el súper asesor Arriola tuvieron algo que ver con la solución de este intrincado asunto. El caso es que todo fue una tormenta en un vaso de agua y Sus Majestades de Oriente pudieron desfilar por todas las ciudades de España y este escandaloso rumor del robo de las cartas y los caramelos de los niños quedó en aguas de borrajas, tal vez como nuestro país que de repente un buen día se despertará regenerado y feliz como los millones de niños que han vivido esta noche mágica de Reyes.